El profesor de Ciencias de la Educación en el Campus de Ourense Manuel Isorna, que ha investigado sobre el consumo de alcohol en menores, aboga por la prohibición total del botellón, al entender que irá en beneficio de la ciudadanía, especialmente los jóvenes.
¿Cómo valora la prohibición del botellón que recoge el proyecto de ordenanza?
Es una medida acertada, sin lugar a dudas, y no es nada novedoso, ya que está prohibido en media Europa.
¿Por qué hay que acabar con el botellón?
En primer lugar, porque supone un riesgo para la salud pública, ya que el alcohol solo debe ser dispensado en lugares especializados. Además, uno consume más cuando está en un lugar público, por lo que se reducirá la cantidad. Por otro lado, hay que tener en cuenta que también supone un problema para los espacios públicos, que quedan en un mal estado tras los botellones.
El alcohol está muy asociado con los festejos típicos, como el propio Magosto . ¿Qué pasará con ellos?
Yo creo que el espíritu de la norma es atajar el problema social, regular, no va contra fiestas.
¿Qué problemas genera el alcohol?
Es una sustancia tóxica y una droga que está regularizada. Genera dependencia y muchos problemas. Por tanto, al ser tóxico las instituciones deben velar porque se consuma la menor cantidad y, sobre todo, proteger a los adolescentes.
¿No se hace?
No lo suficiente, hay promociones, publicidad. Hay que empezar a poner sentido común, proteger a los más vulnerables.
