El pasado sábado, este hijo predilecto de Toén puso una piedra más a su intensa biografía durante la Misa del Peregrino en Santiago de Compostela, en la que se encargó de hacer la invocación al Apóstol en nombre del Partido Carlista.
¿Cuáles fueron sus inicios como militante carlista?
A los siete años me pusieron una boina roja y ya de joven comencé a militar activamente en la clandestinidad porque Franco, simplemente, nos toleraba, por lo que nos organizábamos bajo el Círculo Vázquez de Mella, que era una tapadera del Partido Carlista.
¿Llegó a tener problemas con la policía política?
Me detuvieron más de 10 veces y estuve preso porque en aquel entonces inundábamos la ciudad de pintadas y distribuíamos octavillas contra el Régimen, aunque yo siempre lo negara. En una ocasión, pasé con mi hijo mayor seis horas en los calabozos porque salió en mi defensa cuando me detuvieron.
¿Cómo afronta su futuro en el Partido Carlista?
Recientemente, he enviado una carta a Don Carlos Javier de Borbón Parma, el rey legítimo de las Españas, en la que presento mi dimisión por razones de edad y para que me sustituya gente más joven.
¿Quién será su sustituto?
Mario Gallego Rey, un intelectual y militante, que ejerce como profesor y espero que le dé un nuevo pulo al partido en Galicia.
¿Qué implantación tiene el partido en Galicia?
Vivimos una mala situación. En total, somos 30 personas las que pagamos la cuota mensual, que no quiere decir que estos sean todos los militantes. También contamos con un boletín bilingüe que se llama Carlismo Hoxe.
¿Cree que los ideales del carlismo pueden casar con la sociedad actual?
El Partido Carlista es el más antiguo de Europa y, según el momento, tiene más o menos auge. Hoy en día, sólo damos testimonio, desde que fracasamos en las segundas elecciones democráticas. Por aquel entonces, yo había obtenido 2.000 votos por la provincia de Ourense para la candidatura a la cámara alta.
¿De qué parte de su biografía se siente más orgulloso?
De haber servido a mi ciudad e impulsar el polígono de San Cibrao cuando era teniente alcalde con David Ferrer.n
A los siete años me pusieron una boina roja y ya de joven comencé a militar activamente en la clandestinidad porque Franco, simplemente, nos toleraba, por lo que nos organizábamos bajo el Círculo Vázquez de Mella, que era una tapadera del Partido Carlista.
¿Llegó a tener problemas con la policía política?
Me detuvieron más de 10 veces y estuve preso porque en aquel entonces inundábamos la ciudad de pintadas y distribuíamos octavillas contra el Régimen, aunque yo siempre lo negara. En una ocasión, pasé con mi hijo mayor seis horas en los calabozos porque salió en mi defensa cuando me detuvieron.
¿Cómo afronta su futuro en el Partido Carlista?
Recientemente, he enviado una carta a Don Carlos Javier de Borbón Parma, el rey legítimo de las Españas, en la que presento mi dimisión por razones de edad y para que me sustituya gente más joven.
¿Quién será su sustituto?
Mario Gallego Rey, un intelectual y militante, que ejerce como profesor y espero que le dé un nuevo pulo al partido en Galicia.
¿Qué implantación tiene el partido en Galicia?
Vivimos una mala situación. En total, somos 30 personas las que pagamos la cuota mensual, que no quiere decir que estos sean todos los militantes. También contamos con un boletín bilingüe que se llama Carlismo Hoxe.
¿Cree que los ideales del carlismo pueden casar con la sociedad actual?
El Partido Carlista es el más antiguo de Europa y, según el momento, tiene más o menos auge. Hoy en día, sólo damos testimonio, desde que fracasamos en las segundas elecciones democráticas. Por aquel entonces, yo había obtenido 2.000 votos por la provincia de Ourense para la candidatura a la cámara alta.
¿De qué parte de su biografía se siente más orgulloso?
De haber servido a mi ciudad e impulsar el polígono de San Cibrao cuando era teniente alcalde con David Ferrer.n
