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Martínez Núñez exige que se aclare la venta del San Martín

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photo_camera La venta del hotel San Martín sigue generando polémica.

El grupo empresarial pide en el juzgado que el administrador concursal aclare "el destino de los ingresos"

La empresa Promociones de Alojamientos Orensanos, antigua propietaria del Hotel San Martín, acaba de presentar en el Juzgado de Primera Instancia Número 2 de Lugo (Mercantil) un escrito en el que solicita que se rinda cuentas del proceso de venta del citado establecimiento. La sociedad, adscrita al grupo Martínez Núñez, y en concurso de acreedores, ha tomado esta decisión para que Manuel Morera Martel, administrador concursal de la sociedad que explotaba el hotel, "presente el listado definitivo de acreedores y el inventario actualizado de bienes y rinda cuentas o presente informe detallado acreditativo del dinero recibido por las ventas realizadas y del destino dado al mismo, así como del saldo existente actualmente en las cuentas de la sociedad".

Morera Martel dio por buena la tasación de venta por 3,7 millones de euros a los actuales dueños, la sociedad Kissinger Baltic, en manos del empresario ourensano Antonio Daniel Domínguez. La venta del establecimiento contó con el visto bueno del juzgado lucense en el que se sigue el concurso de acreedores, ante el que se tramita ahora el escrito de aclaración.

El grupo Martínez Núñez, muy crítico con el administrador concursal, se queja de falta de información sobre el proceso, a la que tendría derecho en su condición de empresa concursada. Uno de los asuntos de más entidad que reclama es la petición de que se aclare "el destino de la importante cifra de aproximadamente 3.700.000 euros obtenidos por la venta del hotel San Martín, cuando la deuda concursal no llegaba a 1.500.000 euros".

Es más, acusa a Manuel Morera de dar "bandazos injustificados" en varios procedimientos. Uno de ellos es haber vendido el hotel siguiendo un pliego de condiciones "que no ha cumplido". Las razones, según el grupo Martínez Núñez, es haber adjudicado el establecimiendo "por un precio inferior no solamente en más de un 50% al valor de tasación que él mismo aporta, sino inferior al precio de salida fijado".

Cuestiona también la venta a Kissinger Baltic pese a manifestar "que no explotaría directamente el hotel transmitido". En el relato de objeciones al proceder de Manuel Morera se incluye también que si todos los acreedores habrían cobrado las deudas "cabría la rendición de cuentas y la conclusión del concurso por inexistencia de acreedores". Ese hecho no se produjo, sino que Morera encontraría deudas "sobrevenidas". Le extraña esta circunstancia a los antiguos dueños del hotel porque el propio Morera debería tener constancia de las mismas por ser anteriores al concurso.

Lamenta la empresa no haber sido informada "del destino de los ingresos", que estima suficientes para haber pagado todas las deudas. Ello daría pie a la fase de convenio y conclusión del concurso.


No es el dueño


En el escrito presentado en el juzgado la representación legal de Martínez Núñez recuerda que "el administrador concursal no es el dueño" de la empresa y exige "un mínimo de respeto" para informar "a todos los interesados en el concurso de la situación económica en cada momento". Es más, recuerdan que el proceder de Manuel Morera "es contrario a cualquier principio jurídico actuar ocultando información" o decidir "sin dar cuenta de los actos que se van realizando" o "ir siempre a hechos consumados de forma que cualquier defensa de otros intereses contrarios a su decisión sea ilusoria". 

Polémica por la venta de la entreplanta

El grupo Martínez Núñez también cuestiona el eventual interés del administrador concursal por vender la entreplanta del edificio Torre, un espacio ocupado por el Ateneo durante varias décadas. Ese espacio no ha sido vendido en el lote del hotel San Martín porque, como se razona en el escrito presentado al juzgado, "no es necesario" y se privaría "a la sociedad de un activo que permitiría su continuidad". Indica la empresa que alega que el propio Manuel Morera "no pensaba vender el Ateneo por ser innecesario ya que se habían satisfecho todos los créditos". A este respecto le recrimina que "no se sabe qué quiere justificar" y que lo único que debe hacer en el juzgado es justificar "el uso dado al dinero recibido".

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