Un menú “para ir tirando"

Buena parte de los restaurantes de la ciudad utilizan el popular "menú del día " como forma de mover la caja y expandir la marca de su establecimiento 

Qué le pongo? Un menú del día". Esta frase se repite cientos de veces al día en los restaurantes del centro urbano de Ourense. Al final de la pitanza, suena como un eco otra: "¿Me cobra, por favor? Son diez euros". Una especia de "tarifa plana de 10 euros" no escrita se cierne sobre la mayoría de los local.

Más que una maniobra para sacar rédito económico, hoy en día se trata de una herramienta comercial de los hosteleros para cumplir con varias premisas. La primera, no dar la sensación ante el público de que su restaurante está vacío, desanjelado. En segundo lugar, el movimiento de caja y del almacén permite contar con producto siempre fresco y conseguir unos beneficios que, aunque pingües, sirven para pagar las nóminas de los empleados y los gastos de apertura. Por último, el menú del día es una forma de expandir la imagen del local, de conocer mínimamente la oferta gastronómica y cosechar una clientela habitual.

Estos tres puntos los confirma Javier Outomuro, presidente de la Unión de Hosteleros ourensanos: "O menú do día leva existindo toda a vida. Durante a crise, os prezos comezaron a baixar y ata chegar a hoxe, caando xa non se pode reducir máis". Asegura que "ou fas moitos ou non son rendibles" y apunta a la competencia como motor de este descenso de precios. "Vas tirando ata que isto pase e, de momento fas publicidade".

El perfil del cliente que consume estos menús es heterogéneo. Desde trabajadores que salen de sus respectivas oficinas, pasando por autónomos hasta familias y turistas que buscan ajustar al máximo el precio de su viaje. Aunque muchos hosteleros destacan la afluencia de turismo este mes, Ovidio Fernández Ojea, de la Confederación de Empresarios de Hostelería de Galicia, se lamenta de que el "consumo está muy estancado y la deflación que ahora están anunciando los medios también las estamos notando".

Fernández Ojea pone sobre la mesa "la brutal competencia" en los locales de la ciudad: "te puedes encontrar menús desde menos de seis euros". Pone el dedo en la "escisión de la clase media" como uno de los desencadenantes de la caída del consumo, incluso, con familias que "intentan mantener su estatus".

Te puede interesar