El artista inicia en Ourense una minigira gallega con una obra con contenido "irónico para hacer reír" pero "serio sobre la espiritualidad" sobre la dimensión "sagrada" de los payasos y bufones como él
Digno de veneración y respeto" es una de las acepciones que la Real Academia de la Lengua otorga a la palabra sagrado. Y sagrado es para Leo Bassi el oficio de payaso, su oficio y el de su familia desde seis generaciones atrás. Ayer inició en Ourense, dentro de la programación de la Miteu, la gira por Galicia con su último trabajo "La misa Patólica", su religión, un espectáculo que comenzó, como explicó, "hace unos dos años, cuando comencé a oficiar misa en el Paticano, situado en el barrio de Lavapies".
Empezó casi como un juego sin publicidad y sin grandes pretensiones, con el objetivo de "hablar y dar conciencia de la espiritualidad de los bufones y de los payasos, reír es otra dimensión, es sagrado", pero, sobre todo, tal y como Bassi resaltó, "para responder a los vacíos que los jóvenes sienten sobre la idea de vida".
"Las religiones hay que usarlas con inteligencia y conocimiento" señaló, aunque también mostró su convencimiento de que "no están a la altura de los conocimientos de este momento y siguen en el neolítico, por eso los jóvenes no van a las iglesia. No utilizan su lenguaje".
Las religiones siempre tienen presencia, de una manera u otra, en los espectáculos de Bassi, y probablemente muy pocas personas conozcan y hayan leído tanto la Biblia, el Corán y el Talmud como este bufón que no deja de reivindicar la necesidad del espíritu crítico y que asegura que "son más las cosas que unen a las religiones monoteístas que las que las separan. Casi todas usan la misma narrativa. No son iguales, pero sí muy similares. Las tres maltratan por ejemplo a la mujer."
Pero Leo Bassi cree que son necesarias. "Lo que pasa es que deben intentar ser críticas e intentar ser honestas, y no vivir en las inconsistencias. Pero sí necesitamos las religiones. El ateísmo es también una religión, porque es encontrar sus propias razones para vivir y encontrar también las respuestas a preguntas como qué es la muerte, o quiénes somos. Tienen que ser responsables de su religión y no dejarse a un dogma".
Por eso, este payaso defiende su trabajo y su razón de ser, "el bufón debe decir las cosas, su deber es ser crítico, es aquel que debe decirle al rey que va desnudo".
Bassi también se mostró partidario de que los niños estudien la historia de todas las religiones y destacó que "hay cosas que nadie dice, como que China es una potencia económica y que además es un pueblo ateo. Tiene su ética del trabajo y su espiritualidad. Esto también se debería enseñar: el confucionismo chino".
"El humanismo, la ilustración, ésa es nuestra verdadera tradición. Yo no soy contrario a las religiones, estoy a favor del espíritu crítico, y creo que las religiones merecen ese espíritu", afirmó el bufón.
