POLÍTICA LOCAL

Misma película, ¿otro final?

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photo_camera Los concejales de Ourense, durante el último pleno del Concello.

El choque entre gobierno y oposición municipal por las modificaciones de crédito se ha convertido en una constante en los últimos veranos, una especie de bucle que este año encuentra unas posturas más distanciadas

Si la actividad municipal en el Concello de Ourense se proyectase en una sala de cine, los espectadores seguramente tendrían la sensación de estar viendo la misma película en bucle en cuanto llega el verano. El gobierno local, en minoría y sin apoyos, plantea una modificación de crédito para reponer distintas partidas que permitan dar un respiro a las arcas de las diferentes concejalías y abonar pagos pendientes, mientras la oposición, entendiendo que su apoyo se convertiría en un aval a una mala gestión, pone las cosas complicadas.

Aunque nunca antes el alcalde de la ciudad, Jesús Vázquez, había llegado al extremo de poner en cuestión la prestación de servicios tan importantes como los del área social, sí se han vivido momentos tensos. El primero llegó a las pocas semanas de iniciarse el mandato, cuando el grupo de gobierno se propuso inyectar al presupuesto casi 12 millones de euros con los que pretendía saldar facturas pendientes y dar aire a sus concejalías.

Ese expediente fue rechazado de pleno y la cantidad tuvo que ser reducida a la mitad pocos días después, consiguiendo salir adelante gracias al apoyo del PSOE y la abstención de Democracia Ourensana y Ourense en Común.

Casi 12 meses después, en el pleno ordinario de julio de 2016, el PP planteaba de nuevo una modificación de crédito de 2,4 millones de euros para, según la edil de Facenda, Ana Morenza, "que los proveedores pudieran cobrar".

Con DO cerrado en banda, de nuevo los socialistas se antojaban como única salida, pero su portavoz, José Ángel Vázquez Barquero acusó al gobierno local de "querer colar pola porta falsa, como no verán anterior" una reposición de partidas. El PP, acusando a la oposición de "paralizar la ciudad", tuvo que ceder y tres semanas más tarde trasladaba al pleno una modificación presupuestaria de 1,2 millones, exclusivamente para el pago de facturas.

A día de hoy, en el mismo escenario presupuestario, con las cuentas prorrogadas desde 2014, y un "agujero" de 1,6 millones que se necesita cubrir de inmediato, se antoja una quimera que el PSOE, salvavidas en los años anteriores, dé el paso. "Xa os coñecemos, se aceptamos a mala xestión, volverán cometer as mesmas neglixencias", valoraba el jueves Barquero.

Tanto él como OUeC exigen responsabilidades en forma de dimisión de la edil de Benestar, Sofía Godoy. El alcalde ourensano, por su parte, asegura que "non cederá á chantaxe". Hasta el momento, han sido capaces de tender puentes para salir del paso, un final de película que los ourensanos conocen de memoria. Sin embargo, ahora todo parece encaminarse hacia un desenlace desconocido. 

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