"Lo saludé y fue muy atento. Me pareció un hombre muy sencillo y afable", relata uno de los monjes
Los vecinos de Oseira sabían que el monasterio acogía durante el pasado fin de semana a "un cantante", aunque desconocían de quién se trataba y que era lo que estaba haciendo allí. Sólo unos pocos supieron que se trataba de Alejandro Sanz, que estaba grabando un videoclip de la primera canción de su próximo trabajo, que se hará público después de Semana Santa. Lógicamente, los primeros en enterarse fueron los monjes, que autorizaron con sumo placer la utilización del cenobio al equipo de grabación, tras ser solicitado por la Diputación provincial. Eso sí, cediendo únicamente la parte abierta al turismo, aprovechando ellos la circunstancia de que no recibirían visitas para recluirse en el antiguo dormitorio de los ancianos, una estancia del siglo XVII en la que residen habitualmente.
Sólo el hermano Alfonso se mantuvo atento durante los tres días que duró la grabación, por si el equipo o el propio Alejandro Sanz necesitaban de alguna cosa. "No alteraron para nada la rutina del monasterio. No ha supuesto ninguna perturbación para la comunidad, que estaba prácticamente aislada. Lo único, que se cerró el monasterio al público el miércoles, jueves y viernes, pero se avisó días antes en la página web y nadie se acercó para visitarlo", manifestaba el monje. Alejandro Sanz tuvo que ausentarse el viernes para una revisión médica y todo el equipo abandonaba ya Oseira el sábado por la mañana.
"El despliegue fue impresionante. Parecía que estaban rodando una película, tanto por el número de profesionales como por los equipos, sobre todo el de iluminación, porque trabajaron todo el tiempo con luz artificial", puntualizó. La grabación se llevó a cabo con la mayor discreción para evitar la presencia de fans. Aún así, un grupo consiguió abordar y hacerse fotos con su ídolo cuando abandonaba Oseira.
El hermano Alfonso sólo coincidió en dos ocasiones con el artista. "Le saludé y fue muy atento conmigo. Me dijo que el monasterio es impresionante y me pareció un hombre muy sencillo y afable, muy natural", señaló, al mismo tiempo que sonreía recordando el encuentro, porque "se quejó de que hacía mucho frío y yo le contesté que no era nada en comparación con los días que había nevado. El último día se despidió y me dio las gracias".
Visita al bar
El pueblo de Oseira está acostumbrado a la presencia de visitantes, por eso no percibieron nada fuera de lo habitual. Sin embargo, fue inevitable que se corriera la voz de que había un cantante en el monasterio. La propietaria del bar de la localidad señalaba que "muchos pensaban que era Enrique Iglesias, aunque yo ya sabía de quien se trataba". Pero, pese a ello, no reconoció a Alejandro Sanz en la única ocasión que se acercó al establecimiento con otros miembros de su equipo. "No supe que era él hasta que vi su foto en el periódico", matizaba. Esta vecina de Oseira también se coló en el recinto del monasterio en un momento en el que estaban grabando exteriores, pero "sólo pude ver a una chica montada en un magnífico caballo", indicó.
