ROBOS

Monterrei y A Limia, epicentro de los robos en las iglesias provinciales

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photo_camera Entorno de la iglesia de Piñeira de Arcos, donde se registró el último robo en iglesias en la provincia.

“Hay sustracciones, día sí y día también”, dice Miguel Ángel González

El último robo perpetrado por los ladrones de iglesias en la provincia, registrado el pasado jueves en la parroquia de Piñeira de Arcos, en el municipio de Sandiás, ha puesto el foco sobre un problema creciente, el de la inseguridad que tienen los párrocos de estas iglesias de pueblo debido al imparable despoblamiento del rural ourensano. "En los pueblos queda cada vez menos gente, ya no es como antes que todas las iglesias parroquiales tenían una o varias casas habitadas al lado y si se producía algo raro, los vecinos avisaban", explica Jorge Estévez, delegado de medios de la Diócesis de Ourense.

Añade que, en la mayoría de los casos, "es más el daño que producen estos ladrones para acceder al interior de los templos que el dinero que se pueden llevar".

El mapa de los robos realizados durante los últimos 10 años en las parroquias de la diócesis revelan que las comarcas de Monterrei y A Limia -ambas lindando con Portugal- son las que registran un mayor número de actuaciones de los ladrones. Entre los robos más destacados en este último decenio está el de dos imágenes en una iglesia de Monterrei que aparecerían "un año más tarde tiradas en una cuneta y en muy mal estado; también un copón de la iglesia de Ganade (Xinzo) y otra imagen de San Antonio en Medeiros (Monterrei), así como un caliz del siglo XIX y hasta un equipo de megafonía de una iglesia de Infesta (Monterrei), junto con otros robos llevados a cabo en Bande, Riocaldo o Quintela de Leirado, aunque el más duro fue el de la Virgen del Cristal con la muerte del párroco", señala Miguel Ángel González, responsable de Patrimonio de la Diócesis de Ourense.

En todo caso, en los últimos años se ha optado por parte de los párrocos del rural por llevarse determinadas imágenes a sus casas o a vecinos del pueblo que se ofrecen para custodiarlas, "aunque cada vez son más vulnerables esos vecinos por razones de edad y delegan en los párrocos", matiza González. Otra de las acciones emprendidas para preservar este patrimonio es trasladar esos objetos valiosos a la ciudad para que sean custodiados en la Catedral. "Esta misma semana nos han traído cuatro cruces procesionales de la zona de Castro Caldelas", ilustra el responsable de Patrimonio.


Precaución


González subraya que, aparte de las sustracciones de objetos valiosos en las iglesias, en este momento "hay intentos de robo, día sí y día también, de los cepillos parroquiales". Uno de los más recientes se produjo en la iglesia de Santa Teresita, en el barrio de O Vinteún. Su párroco, Aquilino Rodríguez, remarca que los intentos de robo en la parroquia, desde que él llegó a la misma, "son bastante habituales" y señala que "ahora retiramos el dinero de los cepillos cada poco, para hacérselo más difícil a los ladrones".

Miguel Ángel González considera que "sí que se ha incrementado el número de intentos de robo en las iglesias, sobre todo en la ciudad, pero también en el rural, con especial incidencia en esa zona de Monterrei que linda con Portugal". 

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