El sector se caracteriza por empresas y explotaciones pequeñas
Incrementar el tamaño de las explotaciones, apostar por la profesionalización y la calidad o mejorar la rentabilidad son parte de los retos que debe afrontar el sector de la viticultura gallega.
Así lo pusieron de manifiesto varios expertos convocados ayer por el Foro Económico de Galicia en el Casal de Armán para abordar la situación de la viticultura en la comunidad. Bodegueros, representantes de la Administración y de los consellos reguladores o profesores universtarios participaron en el debate.
Los datos expuestos en el Foro indican que en Galicia se contabilizan 30.000 hectáreas de viñedo, lo que supone el 3,3% de España. Hay censadas 215.240 explotaciones, frente las 517.614 de España; es decir, el 41% del terreno ocupado se localiza en la comunidad, pero un 75% tienen menos de 0,10 hectáreas.
Pero también desde el punto de vista empresarial hay una clara atomización en Galicia. Según los datos recogidos por el informe Ardán, hay censadas 150 empresas, con un volumen de negocio del 217 millones de euros, pero el empleo medio no supera los siete trabajadores
Genera la actividad un 4% del valor añadido bruto y todas son pymes; es decir, tienen menos de 250 trabajadores y facturan menos de 50 millones de euros al año.
Sin embargo, gracias al fortalecimiento del mercado, la innovación y la exportación, en diez años las ventas de las empresas del sector crecieron en la comunidad un 60%, según los datos de Ardán.
Los participantes en el debate también coincidieron en señalar que es lenta la entrada de jóvenes al sector, con lo que se está produciendo un envejecimiento. Aún así, en Ourense, entre el 2011 y el 2016 creció el número de viticultores en Monterrei un 28,4%; en Ribeira Sacra, un 15,8%. Sin embargo cayó un 4,5% Ribeiro y un 15,3% Valdeorras.
Fomentar actividades como el enoturismo, la promoción o la conquista del mercado internacional han sido otras de las reflexiones que se pusieron sobre la mesa. Eso sí, en donde hubo un gran consenso ha sido en la apuesta por la calidad dentro de la personalidad que define a las cinco denominaciones de origen gallegas.
