ENTREVISTA

Francisco Díaz-Fierros:“Por mucha prevención que se haga, cualquier año que venga malo 
arderá mucho monte"

photo_camera Díaz-Fierros, durante una conferencia en Ourense hace un año.

Catedrático de Edafología, es una referencia en el estudio de los suelos en Galicia

Francisco Díaz-Fierros es una referencia en el estudio de los suelos en Galicia, y por ello, una autoridad en lo que se refiere a la huella de las actividades humanas sobre el territorio. Es un científico preocupado por los usos y costumbres en el rural gallego que se presentó en la Academia con un discurso, Ensaio sobre a historia ecolóxica de Galicia, en el que afirmaba: "O campesiño, que soubo ser agricultor e gandeiro a través dunha longa historia, e hoxe demostra que pode ser silvicultor, de agora en adiante tería que demostrar tamén que pode ser un bo garda da natureza e das tradicións". En Cualedro, un mes después del gran incendio que comenzó al pie de la Serra do Larouco, los vecinos aguardan la intervención de las autoridades.

El Ministerio de Agricultura anunció una partida de medio millón de euros y la Xunta dice que los técnicos trabajan sobre el terreno para saber por dónde empezar. ¿Se actúa con rapidez?

Por desgracia las medidas ya llegan un poco tarde. Las lluvias de este otoño fueron muy precoces. Hubo lluvias intensas en la zona a mediados de septiembre. Por lo que se refiere a la erosión, los problemas más importantes se producen como consecuencia de las primeras lluvias. Ha habido mala suerte. No es que hubiese negligencia por parte de la Administración, que en mi opinión está actuando correctamente. Nada puede hacer respecto a las inclemencias del tiempo.

¿Qué pasa cuando, como es el caso, el área ya se ha quemado en años anteriores y varias veces?

Es el peor de todos los problemas. La recuperación a medio y a largo plazo están muy ligadas a la reincidencia en los incendios. Si arde cada tres o cuatro años, no da tiempo a la recuperación completa de la vegetación. Esta es una zona de Galicia en la que cuesta más regenerar el suelo debido al clima, que no llega a ser semiárido, pero casi. Y si encima hay una frecuencia de incendios muy alta, se compromete la regeneración a largo plazo.


¿Qué se puede hacer con 500.000 euros para empezar?

No conozco los costes. No puedo cuantificar qué se puede hacer con esa cantidad. Probablemente, como todo presupuesto, es un presupuesto limitado. Lo primero es evaluar la gravedad del daño. Ver dónde actuar. Porque las medidas que se van a tomar tienen que ser selectivas, son medidas caras.


Lo habitual es empezar por crear barreras a la erosión con diversos materiales. ¿Qué otras medidas se deben tomar?

Con esas barreras se puede evitar en algunos casos entre el 80 y el 90% de la erosión. Hay más medidas de urgencia, como liberar los cauces para que no se produzcan atascos. Inundaciones y arrastres se agravan cuando están sucios los cauces. Muchas veces es más problemático lo que pueda venir por un mal cuidado de los cauces que los efectos inmediatos del fuego

¿Qué debería hacerse a largo plazo en la zona?

Sabemos que la competencia entre el pastoreo y la agricultura es uno de los problemas que hay en la montaña de Ourense. ¿En qué medida debe sustituirse por una vegetación forestal? Pues no lo sé. Habría que hacer un análisis en profundidad de suelos y clima para definir cuál es la vocación idónea de los mismos. Pero también algo más, no sólo un estudio de las condiciones naturales. Habría que hacer un buen análisis social de las consecuencias de un cambio de usos y afrontar con decisión lo que ello conllevaría. La competencia entre ganaderos y agricultores es un problema antiguo que en otras partes de Galicia ha ido remitiendo; no en la montaña de Ourense.

¿La alta incidencia del fuego en Ourense es un problema social?

No sólo social. Hay otra razón que establece la diferencia con el resto de Galicia. Es el clima, evidentemente. Los estiajes, el suelo más seco... En una zona de transición entre el Mediterráneo y el Atlántico, basta un año más seco de lo normal para que los montes corran más peligro. Por mucha prevención que se haga, cualquier año que venga malo, con viento y sequía, arderá mucho monte.

¿Ve sensibilidad sobre la gravedad del problema?

Aprecio una sensibilidad grande respecto a la cuestión de los incendios. Quizá en el rural hubo una cultura del fuego como herramienta, una convivencia amistosa, que creo que sólo pervive ya entre las generaciones de más edad. En cuanto a las administraciones, todos los gobiernos se mueven si la cuestión ofrece rentabilidad política.

¿Cómo actuaría la comunidad científica en la Serra do Larouco si de ella dependiera la decisión?

Igual que los técnicos. Haríamos lo mismo que están haciendo porque sus actuaciones están avaladas por los científicos. Nosotros lo ensayamos antes y ellos lo ponen en práctica.

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