EN CLAVE

Muchos culpables, ninguno papá

También las informaciones sobre el botellón son episódicas. Las alarmas se encienden todos los días, pero no se actúa a diario. A lo sumo se buscan culpables, que siempre son los demás.

LUNES 7 Sí que somos aquí de mucho ahorrar 

Tenemos en Ourense a buen recaudo en las entidades financieras 8.100 millones de euros. O sea, tocamos a una media de 24.500 euros por habitante. Usted sabrá si la supera o esas cantidades están lejos de sus posibilidades. Aínda me quedan cinco pesos no banco por si os necesito para un médico, decían los abuelos. Son los cartiños que ayudaron a escapar de la ventolera de la crisis, los que permitieron llegar a fin de mes tirando de libreta. La prensa económica publicó días pasados una información según la cual España está entre los países menos ahorradores del mundo, solo aventajada en el ránking de manirrotos por Dinamarca, Finlandia y Japón. Entre los más tacaños está Suiza (¡vaya!),  Luxemburgo, Suecia y Alemania. Los españoles estamos por el despilfarro, parece indicarnos la información, pero los ourensanos somos los gallegos que más dinero le confían al banco. Y eso que Manolito, el usurero de las tiras de Mafalda, decía "se habla mucho de depositar confianza pero nadie sabe qué interés te pagan". En tiempos decenas de ourensanos paseaban sus ahorros de banco en banco esperando cobrar un punto más de intereses. Hoy ya ninguna entidad paga un chavo por la pasta, y menos mal que no te la trincan. Los ourensanos somos de mucho guardar y poco crédito pedir. Muchos ourensanos  han movido mucho dinero y han hecho fortuna. Buena parte de ellos fuera de Ourense.


Martes 8 La enorme nómina de culpables 

En esta ciudad el botellón nos escandaliza los días pares y los impares nos ponemos estupendos justificando que el privar a destajo  es entendible en una juventud desencantada, abocada al paro y con las copas demasiado caras como para ponerse hasta arriba. Una información recogida por el periódico precisaba que un 41,8% de jóvenes entre 14 y 18 años habían mezclado cinco o más bebidas en un corto periodo de tiempo en el último mes. Al día siguiente el periódico recogía la opinión de Susana Rey, coordinadora de la Unidad de Cuidados Intensivos de Pediatría del Complexo Hospitalario: "Ahora ya nos encontramos con niños de 12 o 13 años, así que están consumiendo a edades cada vez más tempranas". Cuando leo estas cosas a mí también me entran unas ganas terribles de echarle la culpa al Concello. Bueno, y a la Diputación. Ya de puestos, a la Consellería de Sanidade, al Ministerio de Sanidad, por supuesto a las instituciones internacionales, sin que se salve ni la OTAN. Ante semejantes datos cómo no responsabilizar a los profesores, cómo no señalar también a los entrenadores de deporte, monitores de tiempo libre. Al borde de este precipicio social, por qué debemos salvar a una sociedad permisiva, acaso los medios de comunicación no tienen gran parte de culpa de que el chaval de doce años coja unas melopeas de cuidado cuando sale por la noche en edad de quedarse a leer las aventuras de Bambi en casa. ¡Qué escándalo! Cuántos culpables, qué fracaso social esto de dejar por la mañana a los peques en el cole y que no me los devuelvan por la noche debidamente educados. Todos culpables. Todos lo son, menos papá y mamá.


Miércoles 9 Se vende todo para poder ser más feliz

A la Iglesia le pesan hasta las piedras sobre las que Pedro la edificó hace más de 2000 años. Nadie se queda a salvo de la crisis, que se cuela hasta en el confesionario y las sacristías. La diócesis ourensana ha puesto a la venta 70 pisos y locales comerciales en la ciudad para hacer caja más pronto que tarde. Cálculos no oficiales sitúan en unos 550 los bienes que tiene en la provincia, de los que el 53% están en la ciudad y el 47% en los pueblos. ¿La procedencia de todos ellos? Pongamos que diversa. El Papa Francisco dice que buscar la felicidad en los bienes materiales es la mejor manera de no ser feliz. Será por eso que sus siervos en Ourense ponen a la venta todo su patrimonio civil. O para ser felices o para poder ir tirando con su maltrecha economía provincial.

Jueves, 10 La necesidad de poner a punto el reloj

Quién no ha visto alguna película en la que el protagonista, en momentos de gran tensión, dice a los suyos: "¡Sincronicemos nuestros relojes!" Una veintena de empresas han optan a urbanizar el entorno del centro de salud de O Couto, que hace meses que ha concluido pero que no puede prestar servicio porque no hay por donde entrar. Sincronicemos nuestros relojes, deberían decirse los responsables del Sergas y el Concello.

Viernes, 11 Muy mala forma de curar las heridas

Los killers del área jamás dan un balón por perdido. Su instinto asesino les lleva a oler una oportunidad de gol a metros de distancia. Al PSOE le pasa lo mismo: nunca dan por perdida una buena batalla, cuanto más cruenta, mejor. De Ferraz hacia arriba y de Ferraz hacia Despeñaperros todo se ha vuelto un circo romano, con sus gladiadores. Con sus fieras, por supuesto. Muy al final de esta semana los socialistas de la provincia se han despachado un nuevo episodio bélico, con el cambio de portavoz en la Diputación. Ignacio Gómez, alcalde de Ribadavia, ha sido sustituido por sus propios compañeros en un golpe de mano al que el respetable no presta ninguna importancia pero que evidencia el tamaño de las heridas socialistas que muchos quieren curar echándole sal a puñados.

Sábado, 12 La gran tarea de atender como santo

Ser santo debe ser un trabajo muy engorroso, sobre todo porque todos los días hay alguien que se acuerda, pero para pedir algo. En su nombre hacemos muchas fiestas pero no le invocamos, nos sirve de disculpa para la holganza. Santiago lleva sobre sus espaldas las peticiones regias o la de sus delegados. San Martiño, algo más modesto, se las tiene que ver con las reivindicaciones del alcalde, cuando no del mismísimo. Obispo. El alcalde de Ourense, Jesús Vázquez pidió ante el patrón "polos que sofren a forte crise". San Martiño, de nuevo, partiendo su capa. Debe estar ya hecha trizas.

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