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La magia de las casas de muñecas llega a Ourense

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photo_camera Amalia Araujo, la propietaria del local.

El negocio, pionero en la ciudad, abrió sus puertas hace menos de dos meses. 

Amalia Araujo ha convertido su afición desde la infancia en su negocio: las casas de muñecas. Los apasionados de esta forma de “vida en miniatura” pueden admirar las joyas que guarda el establecimiento en su interior. La casa de muñecas de la propia gerente ocupa el escaparate, captando las miradas de los transeúntes desde hace menos dos meses. Amalia Casas de Muñecas (Calle Francisco de Moure, 14) llega a Ourense con vocación de recuperar las cosas hechas a mano y que permanezcan generación tras generación.

La decisión de abrir un negocio pionero en la ciudad es fruto de una pasión que dura toda la vida. “Siempre me han gustado las casas de muñecas, conozco todas las técnicas y quería hacer algo que me hiciese feliz y poder transmitir la afición a mis clientes”, relata Amalia. 12985411_1595784220739452_6717297165893082869_nAunque en un principio pudiese ser una apuesta arriesgada, la coleccionista hizo un pequeño estudio de mercado, aunque “no era lo bastante importante” para ella, la decisión estaba muy meditada.

Los ocho cuartos que dividen la casa de muñecas diseñada por Amalia sirven de referente para la filosofía del negocio: hágalo usted mismo o cómprelo hecho. Los clientes que visiten la tienda podrán decidir si empezar de cero practicando el 'do it yourself' o comprar la casa sin muebles, haciéndose poco a poco con la decoración.12920295_1590984044552803_7357311791438170710_n

Las niñas mayores de 11 años también son su público objetivo y se hacen líneas de casas de muñecas especialmente para ellas.  “La gente las conoce más de lo que parece, y gustan mucho”, asegura.

El rango de precios de las casas es muy variado: desde 165 hasta 500 euros. Todo dependerá del estilo escogido: hay casas de campo y casas de ciudad, y tres épocas que marcan los gustos principales de los coleccionistas: georgiano, victoriano y eduardiano.

Entre los artículos de decoración se puede encontrar desde un jarrón de porcelana pintado a mano por tres euros hasta una recreación de la silla de Charles Dickens en tres maderas por 36 euros. “Entiendo que pueda parecer caro, pero son piezas tan perfectas y cuidadas que tienen su público.”, recalca Amalia.3

La tienda es un lugar de encuentro para gente que desee aprender a construir estos microespacios a través de talleres. Además, también se puede encontrar ropa de bebé hecha a mano y personalizada.

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