REPORTAJE

Un museo para guardar el alma del Circo de los Muchachos y Benposta

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photo_camera Bartolomé Pidal sonríe a cámara mientras Manito demuestra sus habilidades con las mazas. (JOSÉ PAZ)

"Ourense no puede olvidarse de su pasado", explica Bartolomé Pidal, presidente de Nortempo e impulsor de la iniciativa

Bartolomé Pidal va enumerando rincones del mundo por donde pasó el Circo de los Muchachos: "Nueva York, Berlín, Japón, Río de Janeiro...". El presidente de Nortempo observa las fotografías colgadas de una de las paredes del Museo Circo de los Muchachos. Situado en el número 6 de la calle Bailén, en el casco viejo de la ciudad –"y casi al lado de donde empezó el proyecto del Padre Silva en los años cincuenta, no puede ser casualidad–", el espacio abrirá el próximo 2 de febrero con la idea de guardar el recuerdo de "algo que fue único". Pidal, a través de la Fundación Nortempo dota de músculo a la Asociación Cultural Padre Silva para impulsar este proyecto, modesto pero que persigue un objetivo diáfano: "Ourense no puede olvidar su pasado. Durante muchos años la ciudad ha vivido de espaldas a lo que fue Benposta".

Pidal, criado en el proyecto durante una década, valora la "singularidad y lo avanzado" de lo que llegó a ser Benposta: "Un cúmulo de aportaciones de mucha gente diversa, impulsadas por el Padre Silva, que desembocó en algo muy vanguardista para la época".

El pequeño museo, centrado en el Circo de los Muchachos –"fue la expresión más artística de Benposta y la más internacional, pero hay mucho más"–, sirve como un atlas de la aventura de Padre Silva. "Piensa que con 45 años estaba siendo recibido por primeros ministros, visitaba la ONU...". Por las paredes del local, imágenes, carteles –brillan los de Alberto Muñiz– y recordatorios de la relevancia mediática que llegó a alcanzar el Circo de los Muchachos en los años 70. "Fotografías con mucha gente que nos recibió –interviene Manito Doñoro, secretario de la Asociación y exbenposteño–. La reina Fabiola, Dalí, Felipe González..."

Después del climax llegaría la decadencia. "La democracia no sentó bien a Benposta –ironiza Pidal–. El Padre Silva no se adaptó, y la cosa terminó muy mal, agonizando durante muchos, demasiados, años. Y eso perjudicó la imagen de Benposta. También por eso tuvimos que dar algo de espacio temporal, tras todos los follones".

Curiosamente, mientras Alfer, la actual propietaria de los terrenos de Benposta, busca en los juzgados desalojar a los okupas –últimos "supervivientes"–, la Asociación Padre Silva promueve esta iniciativa. "Queremos poner de relevancia lo que fue el Circo. Y lo que fue Benposta".


Experiencia educativa


Pidal pone el acento en la importancia del método educativo que se estableció en Benposta. "Durante los 70, en los veranos se llenaba de pedagogos, de Italia, Austria, Francia... un libro de un experto alemán hizo que luego se nos lleanase la finca de alemanes", recuerda Pidal, que destaca la evolución del proyecto. "Por Benposta pasó gente muy interesante. Al principio nos veían como un colegio 'para niños pobres', pero después el modelo atrajo a mucha gente de perfiles totalmente distintas. Ahí estuvo Manuel Soto, que fue alcalde de Vigo. O Antonio Rodríguez, secretario xeral del PSdeG, diputado y senador...Y muchísimos más. A mí me pilló un buen momento. Recuerdo a un hijo de un diplomático de EEUU, a un hermano de Amancio Prada, a un crío de una familia de Austria... era intereante para gente de visión distinta".

Por Benposta pasaron "30, 50.000 personas. No es sencillo de calcular". Por todos ellos, y para que "Ourense no olvide", nace este espacio. "Aquí está una llama de lo que llegó a ser esto. Lo que me gustaría es que la ciudad se acercase al recuerdo de Benposta con otra mirada.Y reivindicar lo coletivo, lo bueno", apostilla Pidal. 

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