La Guardia Civil sitúa a David Amaro como el responsable de aportar el grueso de financiación de la red
El supuesto líder de una trama de narcotraficantes que traían droga camuflada en contenedores desde Sudamérica, el ourensano David Amaro, tiene participaciones en negocios familiares vinculados al mundo de la hostelería en México, según confirmaron fuentes de la investigación.
La Guardia Civil sitúa a este empresario en la cúpula de la red de narcos, en tanto que era quien presuntamente aportaba el grueso de la financiación para operaciones ilícitas relacionadas con el desembarco de contenedores con cocaína en el puerto de Marín (Pontevedra).
Precisamente, el significativo papel que desempeña en la organización criminal fue tenido en cuenta por el titular del Juzgado de Instrucción 8 de Vigo para enviarlo el pasado jueves a prisión provisional junto a otras tres personas. Se le imputa un delito contra la salud pública y pertenencia a organización criminal, con la agravante de notoria importancia.
En total, el Instituto Armado detuvo a 10 personas pero sólo cuatro pasaron a disposición judicial (el resto quedaron en libertad tras declarar ante los investigadores).
En el marco de la operación "Alimoche", fuentes policiales no descartan más detenciones (distribuidores a media y pequeña escala dentro de la organización criminal) en Ourense y Madrid.
La red operaba desde hace varios años y presentaba unas características que le permitían pasar desapercibida para los agentes policiales: estaba integrada por gente joven en su mayoría, sin aparente relación entre ellos y dispersos por la geografía española (Madrid, Ourense y Pontevedra). Los cuatro encarcelados, entre los que figura un bombero radicado en Madrid, carecen de antecedentes y tienen actividad laboral.
Este entramado contaba, según la Guardia Civil, con dos puntos fuertes; un "tejido empresarial" en Sudamérica y España y unos "altos conocimientos" en comercio internacional, sobre todo de su supuesto coordinador, el joven empresario de Ourense, así como "altos conocimientos" en praxis policial para evitar controles.
La operativa y estructura de la organización fue descubierta en marzo de 2014, cuando la práctica totalidad de sus miembros se dieron cita en Marín para intentar rescatar un envío de 60 kilos de cocaína ocultos en un contenedor con fruta enlatada que había sido intervenida en origen, en el puerto de Callao (Perú). La organización gestionó un nuevo envío, esta vez desde Colombia, directamente a una empresa española, que se vio frustrada con la operación policial desarrollada esta semana.
