La provincia bajó en 2016 por primera vez de los 1.800 nacimientos, con su peor saldo demográfico
El problema demográfico se acentúa en la provincia, que cerró el pasado año con el peor saldo vegetativo (diferencia entre nacimientos y defunciones) de toda la serie histórica. La pérdida de población en los movimientos naturales fue de 2.875 habitantes, según publicó ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE). Desde 1975, año en que comienzan las estadísticas, solo hasta 1979 se consiguió en la provincia un saldo positivo.
Los datos -todavía provisionales- desvelan que, en 2016, en Ourense se dio a luz a un total de 1.773 niños, con lo que se registra el octavo año seguido de descenso en este apartado, ya que la última vez en la que hubo un incremento de nacimientos fue en 2008, cuando se pasó de 2.073 a 2.156.
La cifra alcanzada el pasado año conlleva algunos récords negativos. Por un lado, Ourense vuelve a registrar una media de menos de cinco niños al día, algo que solo había alcanzado en el primer año del presente siglo, cuando hubo 1.809 nacimientos, el número más bajo hasta ahora. En todo el Estado español, solo Zamora presenta una menor tasa de natalidad, con 5,17 nacimientos por cada 1.000 habitantes, un cálculo que en Ourense asciende a 5,66.
Por lo que respecta a la edad media de las personas que dan a luz en la provincia, esta asciende a 32,6 años.
Por su parte, la caída en las defunciones respecto a 2015, pasando de 4.672 a 4.648 en el último año, no impidió que Ourense registrara el peor saldo vegetativo. Según la última estadística, por cada persona que nace en la provincia, mueren 2,62.
La ciudad
El trabajo compilado por el INE ofrece también la posibilidad de conocer la evolución demográfica de las capitales. En lo que respecta al concello de Ourense, presenta un comportamiento algo más positivo que el conjunto de provincia, con un nacimiento por cada 1,59 defunciones.
Eso no impide que la ciudad registrase en 2016 una caída de un 8% en natalidad en relación con el año anterior, pasando de 824 a 758, la cifra más baja desde 2001. Por el contrario, fallecieron en la capital ourensana 1.209 personas.
