EN OURENSE

El negocio de la manicura saca las uñas en el barrio

UNN
photo_camera Algunos locales de la ciudad dedicados al cuidado de las uñas.

Hace 10 años prácticamente no había locales dedicados al arreglo de uñas en la ciudad; hoy en día es raro el barrio que no tiene varios. En Concordia o Ervedelo hay dos puerta con puerta. Es el bum del cuidado de las uñas.

Los establecimientos dedicados a las manicuras proliferan desde hace tres en la ciudad. Es raro el barrio del casco urbano que no cuente con uno o incluso más locales dedicados a esta labor. En el barrio de O Couto conviven tres en un radio de 20 metros. En Progreso, en el breve espacio de 100 metros, se suceden otros dos locales del ramo, uno liderado por chinos, con jornada continua, en el cual es preciso coger número porque no da abasto. El cuidado de uñas vive su particular bum en la ciudad.

Ángela María Fernández, de 28 años y cubana, llegó a Ourense en 2011. Empezó con un pequeño establecimiento en la calle Vila Real "en el que estuve dos años, después me contrataron en una tienda de uñas donde estuve un año y medio, y posteriormente abrí mi propio establecimiento en la calle Vila Real; desde el 1 de agosto estoy en Francisco de Moure en un local más grande". Y es que su clientela no ha parado de crecer.

Desde los 16 años lleva trabajando las uñas. "Lo hacía ya en Cuba, a domicilio", explica. El salto a negocio propio lo dio "impulsada por mi hermano, que me dejó el dinero". Explica que "demanda hay durante todo el año, pero se incrementa mucho en verano la pedicura, así como el arreglo de uñas para celebraciones".

Reconoce que en los últimos años se está viendo un bum en la ciudad de los establecimientos dedicados al arreglo de uñas. "Es algo que en otros países, sobre todo en Suramérica, lleva más de 20 años haciéndose; aquí, cuando yo llegué, prácticamente no existía", señala.

¿Lo que más se pide? "En mi caso me demandan mucho lo decorativo: brillantes, piedras, dibujos... arreglos más atrevidos de lo habitual", aunque reconoce que "la francesa y la roja es lo más".

Rocío González es la dueña de Anala, un establecimiento dedicado al cuidado y pintura de uñas en la calle Ervedelo. Abrió su negocio el 2 de enero, tras dos años trabajando por cuenta ajena. Reconoce que "hay mucha competencia, porque en los últimos dos o tres años se ha producido un bum".Además, repara en que, "cada vez la gente cuida más su apariencia física". Y destaca que, "aunque mínimo, también hay hombres que se arreglan manos y pies".

Ana Gómez regenta el centro de terapias Mandrás e incorporó, "hace escasamente dos meses, el arreglo de uñas". Lo hizo "porque  la gente lo demandaba y aquí no hay competencia en ese campo". Eso sí, "nuestra clientela pide pedicuras y pintura de uñas tradicionales, todavía no se anima demasiado a los nuevos dibujos o diseños". Y confirma que el cuidado de manos y pies no es coto exclusivo de las mujeres. "Tengo hombres también que empiezan a preocuparse por el cuidado y la estética de sus manos o pies", certifica.

Ya en la zona centro, en plena calle Concordia, se encuentra Lola&Xane. "En septiembre hacemos cuatro años, inicialmente enfocados hacia uñas, aunque con el tiempo incorporamos otros tratamientos de estética", resume María José López. Explica que la sociedad ha ido cambiando:"Vino mucha gente de fuera, sobre todo de Suramérica, que cuida mucho más su apariencia y detalles como las uñas arregladas". María José se formó en el instituto 12 de Octubre, "que tiene ciclo de estética", un sector que, de momento, parece tener futuro. "Trabajamos con cita previa y tenemos prácticamente cubiertas todas las horas", reconoce. Puerta con puerta tienen un establecimiento dedicado también al arreglo de uñas regentado por ciudadanos asiáticos. También tiene todos los asientos ocupados.

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