EN OURENSE

“Los niños refugiados, en cuatro días, vuelven a sonreír y hablar"

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photo_camera La ciudad acoge en la actualidad a once personas que solicitaron refugio.(O. PINAL)

Cruz Roja apela a los solidaridad para ampliar la red asistencial y aumentar la actual cifra de 55 asilados

La provincia de Ourense acoge en este momento un total de 55 personas que solicitaron refugio al Estado, de las cuales 11 ya se alojan en viviendas de la ciudad. En un inicio, la comarca de Valdeorras fue la primera en acoger a los primeros refugiados procedentes de zonas en conflicto a mediados de 2016, mientras que en la ciudad, la reciente obtención de una vivienda por parte de Cruz Roja, y otra cedida a este organismo por la Fundación Baoquivi el pasado mes de noviembre, ha permitido que ya haya dos familias.

En una de estas viviendas se situaron los últimos refugiados sirios en llegar a la ciudad a finales del pasado mes de noviembre, seis miembros de una familia que están completando todavía la fase inicial de "acogida", que se prolonga durante seis meses.

Según destacan en Cruz Roja, la integración está siendo "muy buena", resaltando principalmente el alto grado de respeto y cariño que muestra "la cajera del supermercado, el conductor del autobús o el trato de los vecinos de su bloque. Están encantados", explica Oihane García, trabajadora social de Cruz Roja que está a diario con ellos.

De momento, los refugiados que se encuentran en Ourense todavía están en la fase inicial, por lo que necesitan ayuda en el día a día, aunque el objetivo marcado es que en 18 meses puedan ser completamente autónomos. "La barrera del idioma es la más difícil de sortear, por lo que día a día surgen dificultades en las que hay que ayudarles", relata García.

PROCEDENCIA

La procedencia de los refugiados que están en la provincia es de países como Ucrania, Siria y Venezuela, en su mayoría. "A los que están en la ciudad les llama mucho la atención la seguridad de las calles; vienen de países en conflicto o de haber pasado por zonas de transición y es algo que valoran mucho", explica la asistencia social de Cruz Roja que convive con ellos casi a diario.

Lo primero que se ha trabajado con ellos en, aparte de la competencia idiomática, es la adquisición de habilidades, o el modelo de igualdad de género de la sociedad para facilitar el respeto y la integración.

"Hay un número muy importante de menores, y se les ha dado colegio desde un principio y se les ve cómo han recuperado la ilusión. Eso es lo más reconfortantes. Cuando llevaban apenas cuatro o cinco días, ya volvieron a sonreír y a hablar. Es lo más emocionante de estar con ellos", relata Oihane García.

Ni mucho menos está todo hecho. La necesidad de sortear cuanto antes los problemas con el idioma hacen que Cruz Roja llame a los ourensanos a gastar un poco de su tiempo, "con una hora basta", en prestarse como voluntarios para hablar con estos recién llegados. "Hace mucha falta que venga gente dispuesta a ayudarles a mejorar el idioma", destacan desde Cruz Roja.

NECESIDAD DE MÁS PLAZAS

También recalcan la necesidad de tener más plazas para seguir aumentando su oferta. "Los que puedan poner a su disposición una vivienda en alquiler o un espacio para poder ampliar la oferta, son bienvenidos", explica García. De momento, la cifra de acogida es baja, aunque la distribución depende del Gobierno central. "Es un trabajo en red, y si tenemos más sitio es más probable que envíen más familias aquí", señalan. 

MÁS DE 70 PERSONAS SE ADHIRIERON A ESTE PROGRAMA EL AÑO PASADO

Al largo de todo 2017, Cruz Roja ha trabajado en la provincia con más de 70 personas refugiadas o solicitantes de asilo, un número mayor a las plazas disponibles, teniendo en cuenta que tras un año y medio, estas personas suelen abandonar el programa al encontrarse en un estado de plena integración. Las 55 personas que se encuentran en la actualidad en el programa de asilo están en diferentes fases de acogida, por lo que en próximas fechas podría haber nuevas plazas disponibles. 
 

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