“No les dejaron ver nunca más a su hija porque son muy malos, unos bichos"

Reportaje poblado gitano de A Fontela (Maside)

17-5-16
photo_camera Entrada al poblado de A Fontela, donde viven unas 30 familias.

Los residentes del poblado de  A Fontela defienden a los detenidos por el tiroteo

Los habitantes del poblado de A Fontela, en Maside, esperaban ayer con preocupación la resolución de la jueza en relación a los siete detenidos por el tiroteo que tuvo lugar en la puerta principal del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense. En torno a una treintena de familias, casi todas ellas emparentadas, residen en las chabolas que han ido construyendo en un tramo muerto de la antigua carretera nacional de Ourense-Pontevedra, en una de las principales entradas de Carballiño. Un grupo de mujeres no dudó en justificar los disparos de Antonio Gabarri Montoya y sus hijos Daniel y Moisés Gabarri Borja contra Eduardo Montoya Jiménez y Francisco Montoya Gabarri, asegurando que "les dispararon porque sabían que los otros también estaban armados, que llevaban palos y otras armas".

Ellas afirman que el conflicto entre ambas familias surgió hace más de un año cuando la hija de 18 años de Antonio Gabarri se fugó con un hijo de la otra rama de la familia, que reside en la localidad de San Paio, también de Maside. La joven se fue a vivir a ese pueblo y, según manifiestan los habitantes de A Fontela, "sus padres no la volvieron a ver, no se la dejaron ver nunca más porque son muy malos, unos bichos". Añaden que "una noche, cuando todos estábamos durmiendo, dispararon perdigones desde el puente de la carretera contra una furgoneta que estaba aparcada a la entrada del poblado. Menos mal que no había nadie fuera, porque incluso podían haber herido a los niños, y aquí hay más niños que adultos", puntualizaban.

Las mujeres disculpan el enfado de la familia al enterarse de que la hija estaba ingresada para dar a luz y "ellos sin saber nada ni poder verla, porque se enteraron por otra mujer que también estaba ingresada y estaban muy preocupados por ella, igual que nosotras porque hemos visto crecer a la niña aquí en el poblado y tampoco la hemos vuelto a ver". "Aquí seguimos con la vida normal pero esperando noticias sobre lo que decida el juez", decían en la mañana de ayer.

Entre los detenidos también figura Diego Gabarri Montoya y sus dos hijos, Moquetas y Rubén Gabarri Montoya, hermano y sobrinos de Antonio Gabarri. La mujer de Diego Gabarri estaba preocupada por su familia y declaraba que "mi marido y mis hijos no participaron en el tiroteo. Fueron allí para evitar el enfrentamiento. No querían que se pelearan, pero pese a ello, también fueron detenidos. Están pagando justos por pecadores". Según su versión, "mi marido fue allí porque tenía miedo por su hermano, como cualquiera puede hacerlo en una situación similar". Sus manifestaciones eran corroboradas por las demás mujeres. "Ellos sólo querían evitarlo y los otros dispararon porque no iban a dejar que la vieran".

Los residentes de A Fontela esperan que se resuelva el problema cuanto antes y que los detenidos puedan volver pronto con sus familiares. Entre ellos la hija pequeña de Antonio Gabarri, que jugaba ayer con los demás niños del poblado.

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