Llueve sobre Ourense, una tierra sedienta pero que pocas veces se moja. Sobre su plumaje resbalan las gotas de lluvia. La oscuridad del nublado también ha filtrado algunas otras luces. Pocas.
LUNES, 4 de diciembre |Tampoco está mal ceñirse a la ley
Las sociedades actúan por imitación. Nunca se vendieron más bicicletas como cuando Indurain ganó los cinco Tour de Francia; de golf supimos por un tal Seve Ballesteros; de motos por el añorado Ángel Nieto; de tenis nos empapamos gracias a Manuel Santana. Fueron precursores. Sin duda imitar es un proceso selectivo porque es más frecuente ver a un padre en la grada creyendo que su vástago, que corre por la banda, tiene un Messi en las botas, y en algún momento saldrá, que al mismo progenitor esperando a la entrada de la Facultad confiando en que su hijo salga hecho un Gregorio Marañón. Más a ras de tierra las imitaciones pueden llegar hasta lo más mundano. El periódico informaba sobre la decisión de buscar en ríos similares al Barbaña —al que no solo no respetamos sino que lo tenemos por estercolero— soluciones a su grave problema medioambiental. O sea, imitar un arreglo. Mejor sería ser originales y hacer lo de siempre, aunque sea una paradoja. Escribía el viernes Raúl del Pozo, citando a Pericles —aunque por una temática bien distinta—: "Somos libres y tolerantes en nuestras vidas, pero en los asuntos públicos nos ceñimos a la ley". Siempre está bien que acudir a ella, que para eso está. No hay mejor imitación.
MARTES, 5 de diciembre | Lloverá si así lo dicta el pronóstico
Sin saberlo, hasta hace unas horas vivíamos en plena sordera, huérfanos de sonidos imprescindibles. Escribió el poeta Luis Cernuda: "Escucha el agua, escucha la lluvia, escucha la tormenta; esa es tu vida: líquido lamento fluyendo entre sombras iguales". Como si este año hubiésemos renegado de nuestra identidad, la lluvia también ignoró nuestras plegarias. Ahora llueve, de momento poco para lo que hace falta. El tiempo dirá si acabará el ayuno y las restricciones. Pronósticos de todos los lugares aventuran chaparrones a partir del día 15, según se leía en estas páginas el martes. De momento ya llueve sobre Ourense. Sobre Ourense, que rara vez se moja.
MIÉRCOLES, 6 de diciembre | El descanso como anhelo o maldición
Jubilarse ya no es la meta, un cumpleaños biológico y laboral. Ahora es casi una obsesión. Eche un vistazo a su entorno y pregunte a quien ya ha soplado unas 55 velas si no está deseando decirle al jefe ahí te quedas. La vida, lo hemos dicho aquí, era ese continuo aplazamiento: cuando sea mayor, cuando vaya a la Universidad, cuando tenga trabajo, cuando los hijos crezcan, cuando me jubile... Todo empieza a los 65 años (en teoría porque hace años que la edad real para retirarse es inferior), todo es factible con la holganza. Nadie piensa en los achaques, que también llegan, solo en acodarse en el mostrador de la agencia de viajes. Con bastante crueldad Woody Allen dijo que la jubilación es para quien se ha pasado toda la vida odiando lo que hacía. El trabajo, salvo excepciones, sigue siendo esa maldición bíblica, de la que conviene huir cuanto antes. Vaya tortura. Steve Jobs decía que la única forma de hacer algo genial es amar lo que haces; si no lo has encontrado, sigue buscando, apostillaba. Viene todo esto a cuento de la edificante historia que contó en estas páginas Ely Fernández sobre Luisa, de 86 años, maestra ya jubilada, que regresó para seguir enseñando en Cáritas como voluntaria. Ahora sí que le toca jubilarse "y descansar", aunque teme "encontrarse vacía". Está claro que ella también, como Teresa de Calcuta, se apunta a trabar "porque ya tendré la eternidad para descansar.
JUEVES, 7 de diciembre | Como cada año, toca hacer reformas
La reforma de la Constitución es un clásico en los discursos del día 6 de diciembre y en los periódicos del día siguiente, también en este. En la portada un título para enmarcar: Consenso para renovar la Constitución, sin acuerdo en qué y cuándo. Cierto. Cada año el mismo soniquete, reformar sin acotar más el concepto. De tanto que se maneja la expresión todo acaba siendo una delirante reflexión de Cantinflas: "Ahí está el detalle, que no es ni lo uno, ni lo otro, sino todo lo contrario". Eso sí, gran procesión política para proclamar que la Carta Magna debe pasar por chapa y pintura. O sea, que no es ni lo uno ni lo otro, como aventuró don Mario Moreno.
VIERNES, 8 de diciembre | Como la pintura, unos fuera de serie
Durante años nos creímos que la vida podría retornar al casco histórico de la ciudad, sobre todo la zona sur que va desde la Praza Maior a la zona del O Posío. Hace años que la sombra cayó sobre esa ilusión y los días pasan sin que la vida regrese a esa bella pero inhabitada zona. Toledo, Cáceres, Burgos, Zamora, Ávila o Santiago no son urbes más grandes ni más ricas que Ourense, pero sus zonas históricas voltean a la nuestra en rehabilitación pública y privada, limpieza y punto de cita obligada para el turista. Leemos en La Región que en el 2019 en la rúa Vilar habrá tres nuevas viviendas de promoción pública. En los últimos cinco años en la ciudad sólo se han puesto a la venta 22 viviendas protegidas. Ante todo mucha calma, que decía Siniestro Total.
SÁBADO, 9 de diciembre | Y llegó eso del fin del curso político
Dice Eva Martínez Gallego, titular del Juzgado Mercantil de Ourense, que los asuntos se amontonan y que "no es un problema de juez sino de oficina y de gestión". Cuatro pleitos al día por cláusulas suelo llaman al timbre del juzgado pidiendo atención. Lleva razón al pedir más medios para resolver el desaguisado que tiene en un brete a muchos ciudadanos y atrapados muchos de sus euros. La crisis valió para mucho pero sirvió para poco. Para lo que apenas ha servido es para sacarle los colores a las entidades financieras. Años de economía de casino y ambición ciega pusieron contra las cuerdas al sistema. Pero, tranquilos, ahí estaba el dinero público para salvarlos. Ellos, a cambio, respondieron cobrando cláusulas suelo y metiéndonos el pufo de las preferentes. Pobres, qué riquiños.
