EN CLAVE SEMANAL

“Non sei explicar o que se sinte"

Hay sitios en los que la vida es ese breve paréntesis entre Entroidos, como se demuestra en Ourense. Curioso: el día que se enterraba la sardiña el INE hablaba de causas de muerte. Si es que no levantamos cabeza.

 

Lunes 27 de enero | La manía de tener que definirlo todo

He escuchado estos días declaraciones de gente de Laza, Xinzo o Verín (ya sé, son más los lugares donde el Entroido da la vuelta a la gente como a un calcetín) que decían ante los periodistas de la tele que, supongo, les preguntaban qué se siente cuando uno se viste de peliqueiro, cigarrón o pantalla. "Non sei, non se pode explicar o que se sinte", decían. Como si tuviesen que justificarse por hacer suya una tradición, por perpetuarla, por vivirla, que no contarla, que nadie les obliga. Para eso estamos los de este oficio, los etnógrafos o los historiadores. A lo mejor nos empeñamos en contar cosas con una pátina racional que no pega ni con cola. He leído con deleite estos días las crónicas de este periódico y ojeado las fotos y hay que ver cómo han quedado estas páginas perdidas de chispa, de genio apurado al límite del cierre en la redacción, como fue siempre en este oficio. Como si todo el Entroido, sabido de año en año, fuese una última hora y hubiese que estrujarse las meninges. Vamos, el "mentis apretata discurre que rabea", que dijo el clásico ante la dictadura de la página en blanco. Han quedado por aquí decenas de definiciones para momentos indefinibles, fotografiadas miles de personas que vivieron estos días con la única intención de hacer lo que le he dado la real gana. El Entroido ha periclitado y renuncio a valorarlo. ¿Saben lo qué? "Non sei, non se pode explicar o que se sinte".

Martes, 28 | Las víctimas y las causas del óbito 

Un periodista de sucesos solía justificar la muerte de la víctima escribiendo que había "fallecido por parada cardiorrespiratoria", hasta que un compañero le retó: "Dime alguien que no haya muerto por parada cardiorrespiratoria". El Instituto Nacional de Estadística publicó que en Ourense las patologías del sistema circulatorio y los tumores han sido los responsables de la mayoría de los óbitos en la provincia. Lo cual es tanto como reiterar lo de la parada cardiorrespiratoria. Más abajo de la espuma de las cifras grandes hay realidades muy crudas. En la provincia los suicidios doblan las muertes por accidentes de tráfico, pero sobre ese problema pasamos de puntillas porque socialmente escuece y preferimos el cínico gesto de mirar a otro lado. De las 28 muertes en esas circunstancias, 24 eran hombres. Los números, siempre fríos, revelan una foto fija de un instante concreto pero de su análisis con el paso del tiempo analizamos trayectorias y sacamos conclusiones. Los intentos por quitarse de en medio van a más, como cabalgan desbocados los números de las muertes por violencia machista, un corcel imposible de embridar con las recetas actuales, sin duda inútiles. Contaba el periódico el martes que más de mil denuncias por violencia machista se han presentado en la provincia en el último año. Esta semana el luto volvió a muchos hogares españoles. Como sigamos así, normalizando estos nocivos comportamientos, igual acabaremos resolviendo estas informaciones diciendo que "la víctima murió por parada cardiorrespiratoria". Como escribía aquel periodista de sucesos.

Miércoles, 1 | Sí, claro, tenemos la gasolina más barata

Nuestras relaciones fronterizas con Portugal siempre fueron las del intercambio, no siempre legal, no siempre posterior al estraperlo o al contrabando. Aquellos flujos mercantiles de bacalao y toallas son hoy otros. Los conductores lusos cruzan a Ourense para llenar el depósito de carburante, como recordaba una información en estas páginas el miércoles. Aún pervive cierta petulancia a este lado, siguen gestos de miraditas por encima del hombro, en plan fíjate allí que mal están, gasolina cara, IVA por las nubes, un país rescatado y cosas por el estilo. Mientras hacemos esa reflexión plana a pie de surtidor en Portugal venden suelo empresarial a precio de ganga para llevarse las empresas gallegas, captan firmas del automóvil al primer descuido, consiguen inversiones millonarias, su aeropuerto de Oporto sigue captando viajeros mientras aquí discutimos quién es más miope defendiendo tres en cuatro provincias y se han conjurado para dejar cuanto antes atrás esta alocada crisis. Pero, al otro lado de la frontera, tenemos el carburante más barato, lo cual siempre ayuda para subirte al coche y que emigrar te salga más barato.

Jueves, 2 | Otra goleada que mete la burocracia

Cómo iba a cerrarse la semana sin otro calamitoso revés urbanístico. La rueda de la bici, tantas veces parchada, ha dicho basta. Dice la justicia que nuestro futuro está en nuestro pasado. Que nos tenemos que arreglar con el plan urbanístico de 1986. A su vez, parece que hay por ahí perdidos 12,8 millones de euros en inversiones para la ciudad que no se pueden aplicar por culpa de trámites administrativos. Hace ya tiempo que la burocracia ha ganado la batalla al sentido común. Lo siguiente será delegar en gestorías la gestión pública municipal.

Viernes, 3 | Desapareció como arte de magia

Un petroglifo visto y no visto. Un histórico vestigio que se va a paseo y un alcalde que pregunta raudo en el Concello qué ha pasado. En el país de los somieres como cierres de fincas o de cabaceiros de ladrillo que hayan birlado un petroglifo no debería extrañar. Somos muy Houdini para eso y para mucho más.

Sábado, 4 | Se trata de un bulo, imposible frenarlo 

Llama la atención las críticas inmisericordes sin haber leído una línea o interpretar mal un titular. Sorprenden iracundos desahogos biliares sobre personas a las que incluso se le desea la muerte. Son el pan nuestro de cada día. La las aguas de las redes sociales a veces bajan muy turbias. Por WhatsApp se pidió sangre urgente para un niño con problemas de médula. No era cierto, qué más da.

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