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Nuevos emigrantes, vieja ‘morriña'

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photo_camera Cinco ourensanos que buscan en el exilio la oportunidad de crecer laboralmente.

9.000 jóvenes gallegos han emigrado en 2015, entre ellos, 2.300, eran menores de 30 años con título universitario. La fuga de cerebros de una de las generaciones más preparadas no para de crecer anualmente. 

Hablar de emigrantes gallegos es acordarse de la música de Siniestro Total o el poema de Rosalía de Castro: "Miña terra galega" o "Adiós ríos, adiós fontes". Evocan al sentimiento arraigado que tienen los gallegos a su tierra, a su casa, a sus costumbres y a los pequeños detalles que  les hacen felices. Una serie de situaciones que hacen especial un lugar y una tierra en la que tienen raíces que nunca desaparecen.

Ángel Bermello, Candela Valle, Luis Salgado, Laura Rivas y Yago Quintas son cinco ourensanos que han emigrado de su ciudad natal para vivir experiencias laborales y poder adquirir anécdotas vitales, pero siempre mirando en su ordenador billetes de vuelta para dar una sorpresa a familia y amigos.

¿Qué echan de menos?

Ante la pregunta de que es lo que más extrañan estos ourensanos, la respuesta es tanjante y clara: "Familia y amigos". Candela Valle lo explica a la perfección: "Por mucho que hables por whats app y por skype, es una sensación extraña el no poder abrazarlos o el no poder estar a su lado". Una sensación que se valora verdaderamente cuando estás lejos y es baladí cuando estás cerca. Las aplicaciones tecnológicas facilitan la comunicación, pero no disminuyen las ganas de regresar a casa.

¿Extrañan Ourense?

Es innegable que para un oriundo su ciudad natal es la más bonita, la mejor. Ourense es pequeña, sí, pero no tiene nada que envidiar a ciudades como Belfast, Laussanne, Toulouse, Londres o las Islas Shetland. Y por diferentes motivos que estos cinco emigrantes han querido demostrar.

"Es una ciudad pequeña donde puedes hacer planes con cinco minutos de antelación hablando con tus amigos. Sin metros, sin esperas, sin trenes... Todo te queda a mano", explica Ángel Bermello, arquitecto en Laussanne. Por su parte, el técnico senior Luis Salgado defiende que "en Ourense puedes salir de casa a la tarde, estar por la calle, tomar algo en la Plaza Mayor y llegar a casa cenado sin necesidad de pedir nada para comer".

Además de la familia y sus sitios favoritos de la ciudad, otro aspecto innegociable en las añoranzas de estos cinco jóvenes es la gastronomía. Si Candela Valle, teleoperadora, echa de menos los embutidos y explica que en Belfast la 'camada' gallega ya es conocida por los paquetes de comida que recibe, Laura Rivas del Río, dependienta en una tienda de ropa de Londres, confiesa que "el pulpo y el cocido de mi madre es algo que extraño mucho".

Estos cinco jóvenes anhelan las pequeñas cosas. Esas minucias que no adquieren gran pasión desde cerca y si en la distancia. El recuerdo de las raíces que permanecen en su ciudad natal, para que siempre que compres un billete de ida tengas la opción de uno de vuelta.

Angel BermelloÁngel Bermejo (Lausanne): "Hacer planes en cinco minutos en Ourense es una verdadera delicia"

"Lo siento si solo te cuento tópicos, pero es lo que más echo de menos", asegura Ángel Bermello, un arquitecto que ha tenido que coger un billete de avión e irse a Laussanne (Suiza) para labrarse su propio futuro. "Y es que en Ourense se pueden hacer planes de cinco minutos rápidos que al final son los mejores. Sin metros, sin esperas, sin trenes y con los amigos de toda la vida" confiesa el joven arquitecto. "La familia y los amigos siempre estarán presentes y por ello, aunque aquí estoy bien, no será lo mismo", dice el ourensano afincado en Suiza. Además de todo ello, "el licor café, la catedral o la plaza del Hierro" son otras de las cosas que echa de menos este emigrante que tiene Laussane como su segunda casa.

canCandela Valle (Belfast): "A los gallegos nos conocen por los paquetes de comida que recibimos"

Hablar de gastronomía en Galicia es nombrar materias primas de alta calidad. Candela Valle trabaja en Belfast de teleoperadora para una compañía de atención al cliente. La ex baloncestista en su adolescencia admite que "los gallegos ya somos conocidos por la cantidad de paquetes de comida que recibimos desde casa". Describe a la capital de Irlanda de Norte "con el cielo gris, como Galicia, donde los rayos de sol escasean. A veces, que se ponga a llover todo el día es bastante desesperante y afecta al ánimo". La vida en la calle es otro de los puntos clave para la vida de la ourensana fuera de su ciudad natal: "Aquí todo cierra muy pronto, se echa de menos eso de sentarse a tomar un café a media tarde".

Luis SalgadoLuis Salgado (Islas Shetland): "Lo que más noto es la diferencia de comportamiento de la gente, es seca"

Luis Salgado es técnico senior en las Islas Shetland (Escocia) en un criadero de salmón. Este ourensano explica que "lo que más echo de menos es mi familia, mis amigos y mi novia". Destaca la añoranza que le invade cuando recuerda las noches por la zona de los vinos en el casco viejo de Ourense "cuando después de tomar unas cervezas, vuelves a casa sin la necesidad de pedir nada para comer". También hace hincapié en aspecto alimenticio: "Trabajo en el norte de Escocia y aquí el rey gastronómico es el 'fish and chips', todo frito o con mucho aceite, así que los embutidos, los cocidos o los platos caseros se echan de menos". Y añade "sin olvidarme de la cerveza 1906 que aquí no puedes saborear".

Laura RivasLaura Rivas (Londres): "Jamás había apreciado los rayos de sol como hasta ahora en Londres"

Tras una etapa de estudiante en la Universidad de Valladolid donde aprendió la labor y las técnicas del lenguaje periodístico, Laura Rivas decidió marcharse a Londres para ganar algo de dinero y sumar un nuevo idioma a su curriculum. Lejos de la familia y amigos, trabaja de dependienta en una tienda de ropa en la "ciudad de las oportunidades". Asegura que "echo mucho de menos que mi madre me haga pulpo o cocido los fines de semana". El carácter de la gente es otra de las características que anhela, "son muy cerrados" afirma. A todo eso hay que añadirle que después de pasar los carnavales con familia y amigos sentencia: "Jamás había apreciado los rayos de sol como hasta ahora en Londres".

Yago QuintasYago Quintas (Toulouse): "Extraño tomarme un pincho de tortilla y un corto de cerveza en la Plaza Mayor"

Si hay una ciudad en Francia que mantenga la tradición de las tapas españolas es Toulouse. Yago Quintas, un fisioterapeuta ourensano que ejerce su trabajo en la 'ville rose' de Francia, extraña las acciones cotidianas que realizaba a menudo antes de emigrar. "Hacer el paseo desde mi barrio, el Couto, hasta el Bar Mundial y tomarme un pincho de tortilla acompañado de un corto de cerveza es algo inmejorable", describe Yago. También extraña "ir al videoclub delante de mi casa, escuchar a la señora que conozco desde pequeño o a la panadera y que me diga un 'ata loguiño' con su acento gallego particular". Y es que este ourensano suspira por los pequeños detalles de su ciudad que espera revivir pronto.

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