entrevista

"Esta obra pide olvidarse del reloj y sentir la atmósfera"

Todas las noches de un día
photo_camera La actriz Ana Torrent, en un momento de la obra "Todas las noches de un día".

Ana Torrent protagoniza "Todas las noches de un día" junto a Carmelo Gómez. Estarán este domingo a las 19,00 horas en el Teatro Principal

En escena, un interrogatorio en el que el público solo escucha al sospechososo, el jardinero de una mujer a la que nadie ha visto desde hace años. Por delante, un enigma a resolver, recuerdos de un pasado compartido y una larga reflexión sobre la vida. El Teatro Principal acoge este domingo, a partir de las 19,00 horas, la obra "Todas las noches de un día", dirigida por Luis Luque, protagonizada por Carmelo Gómez y Ana Torrent.  

¿Cómo es su personaje en esta obra, Silvia?

Ana Torrent: Silvia es una mujer que lucha mucho, aunque tiene profundas heridas familiares y personales del pasado. Sin embargo, pese a todas esas dificultades, lucha hasta el final. También tiene una parte divertida, irónica, graciosa. 

A raíz de su supuesta desaparición, la policía interroga a su jardinero, Samuel. 

Sí, nadie vio a la mujer desde hace dos años, por lo que la policía quiere que Samuel explique qué ha pasado. Es un interrogatorio que sirve para definir qué tipo de relación tenían, que se dijeron, cómo lo vivieron. Samuel cuenta la historia de cómo la conoció y de qué pasó después. 

Va más allá de la intriga, entonces. 

Sí, para mí habla de las diferentes formas de amor, de otras posibles maneras de quererse. Es una obra muy poética, con imágenes y palabras muy cuidadas y bellas. Es una reivindicación del tiempo, ya que entre los personajes es tan importante lo que dicen como sus silencios y sus pausas. Por eso, es una pieza teatral que pide al público olvidarse del reloj y dejarse envolver por la atmósfera que se crea en escena.

Usted y Carmelo Gómez son los únicos actores en el escenario.

Sí, es la primera vez que hago una obra solo con otro actor. Es mucha responsabilidad, pero he tenido suerte porque ya nos conocíamos y tenemos formas de trabajar y de entregarnos muy similares. Hablamos mucho y nos escuchamos mucho, tanto entre los dos como con el director.

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