Las intenciones manifestadas por el Concello de Ourense de dotar de nuevos servicios de ocio algunos de los principales recursos turísticos de la ciudad no han dado su fruto. Un año más, la oferta a los turistas sigue siendo escasa
Un verano más, como cantaba Julio Iglesias, la vida sigue igual en el Concello de Ourense en materia turística, al no haber conseguido desbloquear los procedimientos administrativos necesarias para dotar de nuevos servicios de ocio algunos de los principales recursos que "vende" a los visitantes.
Es el caso, por ejemplo, del corazón de la ciudad, As Burgas, cuyo desarrollo contemplaba la puesta en marcha de apartamentos turísticos, un punto de información y venta de merchandising y una cafetería en el Centro de Interpretación, o de Outariz, que continúa en la zona pública sin ningún establecimiento hostelero en el que los turistas que acudan a disfrutar de las aguas termales puedan tomar algo o comer.
La idea de la Concejalía de Turismo y Termalismo pasaba por sacar a concurso una gestión conjunta de todos estos espacios durante un período mínimo de cuatro años (prorrogable otros dos), un contrato que incluirá también una inversión a cargo del adjudicatario, que como contraprestación tendría que abonar un canon "accesible".
Sin embargo, los pliegos elaborados por los técnicos de Turismo y Termalismo todavía no han conseguido pasar los filtros de contratación e intervención para poder licitar el concurso, que como cualquier otro procedimiento abierto tardará varios meses en resolverse una vez que se abra el plazo para presentar ofertas.
En paralelo, en este caso dependiente de la Concejalía de Comercio, tampoco parecen tener un futuro halagüeño las cafeterías de titularidad municipal de las Pozas de Maimón o el Parque Miño, siendo la primera especialmente importante para complementar la oferta en la orilla del río, junto a las pozas de Outariz.
En ambos casos, el concurso que se convocó no suscitó el interés de ninguna empresa, declarándose desiertos a mediados de 2016. Desde ese momento, el gobierno municipal asegura estar trabajando en la reformulación de las condiciones para buscar interesados, pero hasta la fecha todavía no se ha conseguido nada. Un canon elevado, de unos 26.000 euros anuales por una década de contrato ahuyentó cualquier interés en el sector hostelero para las Pozas de Maimón, establecimiento que languidece además por el vandalismo y los hurtos.
Entre manos también tiene el Concello el rescate del camping de Untes, con un deterioro muy importante que requerirá una importante inversión para su puesta a punto. El gobierno encargó al estudio de arquitectura de Alberto de Paula un plan para repensar el modelo del equipamiento que deberán entregar próximamente.
A todo ello se une el problema urbanístico, que complica cualquier iniciativa de hotel-balneario. Sigue sin concretarse también el área de autocaravanas. Demasiados frentes abiertos que atajar.
