EN CLAVE SEMANAL

Otra de opinión pública y publicada

No siempre, pero esta vez sí. Ciudadanos y políticos coinciden en sus preocupaciones. Quieren asegurar su futuro, unos manteniendo el puestiño, los otros rezando por el empleo.

LUNES 12 de marzo | Formas distintas de ser supervivientes 

La Historia con mayúsculas guarda un confortable sillón para Felipe González que, supongo, deseará ocupar dentro de muchos años. Nosotros también, que conste. Cuando caminaba sobre las aguas nadie le tosía, apenas algún incómodo estornudo por la banda de Alfonso Guerra. Pero a Felipe también le adelgazó la capa de ozono, ese halo que protege al dirigente cuando todo está a su favor. Llegaron las vacas flacas, la sublevación de algunas baronías y la fetidez de la corrupción. La prensa, primero llena de hagiógrafos y luego de aceradas plumas, cambió el discurso y el Isidoro de la clandestinidad pasó de los altares al averno. Fue cuando él quiso separar las sensaciones del país de las de la prensa y proclamó "la diferencia entre opinión pública y opinión publicada".

Él creía que gozaba del favor de la primera y denostaba la segunda. La frase ha hecho fortuna y ha sido repetida hasta la saciedad. Permítaseme una vez más. En la página 2 del lunes había un compendio de asuntos que preocupaban a los políticos y solo a ellos; en la 3, cuestiones que a todos atañen, menos a los políticos. Título de la 2: "Todas las fuerzas políticas creen que pueden ganar votos en la ciudad ante las elecciones municipales", después de la encuesta publicada por este periódico el domingo. Título de la 3: "El desempleo sigue siendo la principal preocupación de los ciudadanos". O sea, como lo de la opinión pública y la publicada. A unos la preocupa el puestiño, al resto (o sea, a todos menos a ellos), tener para comer. Al menos, hay coincidencias. A todos nos preocupa algo, es mera cuestión de supervivencia. A los ciudadanos, mantener el jornal para ir tirando, a los políticos seguir tomando unas cucharadas más de la sopa boba. Se trata de supervivientes.

MARTES, 13 de marzo | Es una buena forma de que nos veamos 

El primer centro intergeneracional de España funcionará en Ourense y en él compartirán espacio mayores y niños. Tenemos que quedar. No me digan que no han escuchado o dicho esa frase cuyo resultado es siempre el mismo: pasa el tiempo y nada sabemos los unos de los otros. Tenemos que quedar, se dicen ahora abuelos y nietos, pero no hay tiempo. O no viven cerca. O no... La sociedad ha girado a este tipo de situaciones, sin que haya un responsable al que señalar. Hemos ido en el carro de vacas, que ahora está en cualquier Museo Etnográfico. Hemos jugado a la billarda, que ahora está en el Museo do Xoguete. Hemos pasado veranos en la aldea, que ahora son Centro de Interpretación dos Veráns na aldea. En el centro intergeneracional habrá espacios de convivencia entre chavales y mayores. Las instalaciones, modélicas, contarán con toda suerte de recursos para conseguir el propósito apetecido: la convivencia. Le faltará aquella mano cuyo dedo índice me señalaba un nido, la misma que portaba la boina llena de cerezas, la misma que con mimo me hacía una flauta con una caña. Mientras, está bien que nos veamos. Tenemos que quedar. 

MIÉRCOLES, 14 de marzo | Oteando el horizonte, viendo conocidos

Un conocido y reconocido dirigente del BNG ponía cara de acelga cuando la organización llenaba el Pabellón de Os Remedios en un mitin de campaña. La militancia media, gozosa por el respaldo. Él, con el ceño fruncido. Conocía a todos o casi todos los presentes. Muchos militantes, pocos simpatizantes, escasos votantes. Resultado: patinazo en las urnas. O BNG mira a 2019 coa receita para transformar os concellos, decía un titular de este periódico. Una foto ilustra la información con muchos dirigentes en primera fila y un nutrido grupo de personas escuchando. Muchos históricos recuperados, algún nacionalista de nuevo cuño, cuantiosas fidelidades también a pesar de que el Bloque metió en varias ocasiones el barco contra los acantilados. Prometo preguntarle al citado dirigente qué le ha parecido el acto y a cuántos conocía. En cuanto le vea, seguro.

JUEVES, 15 de marzo | Revisemos bien la fecha que nos toca

Una conselleira, un alcalde y un pequeño séquito institucional visitan un edificio de la ciudad que ha instalado un ascensor que ha contado con ayuda de la Xunta. Llaman a la prensa. Hay fotos. Hay nota de prensa. Hay declaraciones públicas. En Ourense, a 15 de marzo del 2018. Sí, sí, del 2018.

VIERNES, 16 de marzo | Especiales en un universo muy difícil

El asesinato del niño Gabriel, las informaciones en bucle. El debate sobre la prisión permanente revisable, sus señorías retozando en la ciénaga a cuenta del dolor ajeno. Solo se retocarán las pensiones si hay Presupuestos del Estado. Algunos guardias civiles siguen explicando por qué quieren cerrar las casas cuartel (¿?), el urbanismo de la ciudad sigue empozado, la ceniza de los últimos incendios contaminó el agua de Ribadavia. Muere Stephen Hawking: "Solo somos una raza avanzada de monos en un planeta menor de una estrella mediana, pero podemos entender el universo y eso nos hace muy especiales". 

SÁBADO, 17 de marzo | Algo más de seis euros de cada cien

De cada cien euros que prevé manejar el Concello de Ourense 87 se van para gasto corriente y abono de la nómina de personal. De esos cien euros, en torno a 6,6 son para invertir. Han tenido que pasar varios años para tener un documento económico sobre la mesa y someterlo a la aprobación de la oposición, a la que se le da quince días para un eventual pacto. Han pasado ya sus buenos meses con las cuentas prorrogadas, pero ahora todo se debe resolver en quince días. El mismo gobierno que dijo defenderse bien sin presupuesto está urgido ahora por estrenar nuevas cuentas. Antes, como ahora, necesitará de la oposición para sacarlas adelante. Esa que no creo que salte feliz con 6 euros de cada cien para invertir. 

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