Ourensanos en medio del "caos" en O Marisquiño: "Estamos traumatizados"

El Marisquiño atrae cada año a los jóvenes ourensanos. Y en esta ocasión, no fueron pocos los que estaban en el concierto. Muchos de ellos se quedaron, literalmente, al borde del precipicio, incluso ayudando en el rescate

Un auténtico caos. Una salvajada". Así definen los minutos posteriores al desplome de la plataforma de madera del Puerto de Vigo los ourensanos que acudieron al concierto del Marisquiño chafado por el suceso que causó casi 400 heridos.

"Yo estaba en el medio de la plataforma. Empecé a oír cómo se rompía la madera y todo el mundo corría al centro. Fue una avalancha. Me dio tiempo a salir de la zona y me quedé justo en el borde, colgando. El tiempo se me pasó muy lento", relata Pablo Iglesias, un joven de 21 años de la ciudad que acudió con sus amigos al festival. El suceso solo le causó varios rasguños y magulladuras por todo el cuerpo, así que pudo ayudar a otros heridos desde el lugar en el que se encontraba. "Había muchísima gente que quería ayudar, pude sacar a alguna gente. Justo a mi lado, entre cinco personas, tuvieron que levantar una piedra enorme en la que estaba atrapada una chica", relata.  "Gente sangrando por la cabeza, desmayos, personas atrapadas que no podían ni moverse, otros colgando... Lo que más me impactó fue una madre buscando a su niña de cuatro años, que creía que estaba atrapada", resume el ourensano.


“Padres buscando a sus hijos"

La ourensana Julia Abelaira también se encontraba disfrutando del concierto cuando ocurrió el desplome. "Me acuerdo que acababa de empezar la actuación, solo había pasado una canción y media, por eso la gente estaba más eufórica, saltando, moviéndose hasta el inicio del escenario", relata.
"Fue todo muy caótico. Empecé a recordarlo todo durante la noche, como en flashes. Me acordaba de los gritos y de la gente llorando. Yo me caí al suelo y tengo la rodilla rascada y algún moratón. Estaba volviendo hacia atrás, hacia la zona de hormigón, cuando sucedió todo", añade Abelaira. El momento más trágico fue el de la avalancha: "Se rompieron las tablas de madera, por eso tengo las heridas, porque se nos vinieron encima". La joven ourensana recuerda lo que más le impactó: "Era un concierto muy temprano, por lo que iban muchos niños. Me impactaron los padres corriendo para buscar a sus hijos". 

El panorama que relatan los jóvenes ourensanos es de "gente empapada (...) y otros que no eran conscientes de lo qué pasaba; zapatillas, chaquetas y otros objetos personales en el mar y en el suelo" y, sobre todo, mucha tensión, con algunas dificultades para comunicarse con sus allegados. "Es que se colgó todo. No funcionaba ni WhatsApp, ni internet, ni Twitter...Y todo el mundo quería avisar a su familia, lógicamente", cuenta Julia Abelaira.

En la misma zona, con ellos, estaba Emanuel Álvarez, de 21 años, "Acabábamos de llegar. Nos dio tiempo a escuchar la última canción del grupo anterior, y al empezar los siguientes pasó todo", relata. Intentaban moverse desde la plataforma hacia la zona de hormigón, "porque allí se veía mejor", cuando la madera empezó a romperse a sus espaldas. "Ibamos avanzando y se iba rompiendo detrás, cada segundo veía caer a alguien", indica. 
Cogió a Julia, que se había caído, y salieron rápidamente, mientras Pablo se quedó echando una mano.  "Había gente que estaba muy mal, tirados en el suelo...", añade. Acababan de llegar a Vigo y no les quedó ganas de fiesta: "Ya no pudimos ir a ningún lado". Ante todo, agradece que solo se quedase en un susto: "Había muchos amigos y a nadie le pasó nada".  

No fueron los unicos, varios fgrupos de ourensanos que acudieron a Vigo al concierto o que veranean en localidades próximas también estaban en la zona y ayudaron en las tareas de rescate.


“Estoy traumatizado"


Otro joven menor de edad de O Barco fue uno de los chicos que se cayó en el enorme hueco abierto tras el derrumbe. "Estoy traumatizado, me caí dentro del agujero, me pisaron la cabeza pero salí como pude", relata el joven, quien resultó herido leve. Recuerda el inicio del concierto "y de repente se movió la madera y oímos  un 'crack', se empezó a caer todo el mundo a mi alrededor".

Además, criticó que "nadie de la organización dijo en ningún momento que el aforo fuera limitado o que solo pudieran pasar un número de personas".
Más lejos se encontraban Andrea Clinaz y sus amigos, que se desplazaron desde Ourense para asistir a los conciertos. Vivieron el primero con normalidad, "y fue llegando cada vez más gente antes de que empezase el segundo". Apenas les dio para escuchar media canción: "Acababa de empezar y pasó algo.

Nosotros estábamos en el medio, en el meollo, en la zona de cemento, y vimos que pasaba algo. En verdad, no sabíamos lo que había sucedido, había mucha gente, y no se veía nada. Me enteré por el teléfono", confiesa."Nos empezaron a decir que nos moviéramos a la derecha, y al final nos mandaron desalojar para que entraran ambulancias. Ahí empezamos a ver a gente que salía de abajo sangrando, unos llevando a otros en brazos, otros cojeando...", añade.  Cuando vieron que los servicios de emergencia coparon la zona decidieron irse de nuevo al hotel, debido al impacto de las imágenes. 
 

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