ENCUESTA DEL INSTITUTO GALEGO DE ESTATíSTICA

Los ourensanos son los gallegos más felices con su modo de vida

Se muestran satisfechos con la situación económica en su hogar o su trabajo actual, pero suspenden a los políticos, al sistema judicial o a la banca

Las condiciones de vida de los ourensanos no son las de la Arcadia feliz pero se le parecen. En la mayoría de los indicadores los habitantes de la provincia están más satisfechos (o conformes y resignados) que los vecinos de las otras tres provincias gallegas. Así se desprende de los datos que ayer difundió el Instituto Galego de Estatística (IGE) a través de la Enquisa estrutural a fogares: Capital social. Benestar, en la que la valoración de los ourensanos es más positiva que la del resto de gallegos en la mayoría de las variables analizadas, aunque con una diferencia de décimas en una escala entre el 0 y el 10 (ver tabla adjunta).


A pesar de la dureza de la crisis económica que arrastramos desde el 2008, los encuestados de la provincia son más optimistas en valoraciones como su vida actual, la situación económica de su hogar, su vivienda, su trabajo actual, el tiempo del que disponen para hacer lo que le gusta, la calidad de la zona en la que vive o el tiempo necesario para ir a su trabajo. 
En las únicas tres situaciones en las que los ourensanos son más pesimistas que la media gallega son las que afectan a sus relaciones personales, las áreas recreativas o zonas verdes de la zona en la que viven y en el aspecto "qué hace con su vida".


Aún así, ninguna de las situaciones descritas merecen un suspenso ni para los gallegos en general ni particularmente para los ourensanos. ¿Cuáles pueden ser las razones? Alberto Saco, profesor de Sociología del campus de Ourense, cree que "en las zonas urbanas el nivel de exigencia es más alto y Ourense es una provincia más rural". No descarta tampoco que "los ourensanos, pero también todos los gallegos, somos conformistas, acostumbrados a quejarnos, pero no a protestar". Este docente cree que la encuesta del IGE es "un poco difusa pero revela un estado de opinión interesante" sobre las condiciones de vida y la confianza que le merecen algunas entidades o instituciones.

Precisamente en este apartado también los ourensanos son más benévolos que la media gallega, pero es mayor el número de suspensos. 
Por debajo del 5 se quedan las administraciones públicas, el sistema político, el judicial, las instituciones europeas, la banca, los medios de comunicación, el empresariado y las instituciones religiosas. Aprueban  los sistemas sanitario y educativo, las fuerzas y cuerpos de seguridad y el ejército. 


Alberto Saco cree que también en estos conceptos "la gente de Ourense suele ser la más satisfecha porque la población es más envejecida y como tal tiene también menos retos por delante de los que pueda tener la juventud, que es más exigente".

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