El Gesto de don Ramón; una costumbre muy suya y que corresponde perfectamente a sus dotes
de orador
En Ourense no Tempo tienen cabida todos los ourensanos al margen de cualquier diferenciación; muchos ya figuran en la página y otros no tardarán en visitarla.
Por razones afectivas, he querido que de entre los representativos del mundo cultural y político, el primero que aparezca en esta selección sea Don Ramón Otero Pedrayo .
La entrada fue de las primeras del blog, y como rápidamente entenderéis coincide con unas navidades, en las que como padre primerizo en temas de salidas nocturnas, me comía las uñas, y buscaba apoyo donde fuera. Al final se me ocurrió que fuera Don Ramón quien me echara una ma- no, o mejor un ojo; a toro pasado puedo deciros que no hay que preocuparse tanto.
Lo único interesante que tiene la entrada, es que os fijéis en lo que yo llamo el Gesto de don Ramón; una costumbre muy suya y que corresponde perfectamente con sus dotes de orador que le hicieron merecedor del reconocimiento del mundo de la cultura.
(La gran mayoría de imágenes que muestran a Don Ramón en una conferencia o acto en el que haya tomado la palabra, lo muestran en una actitud muy similar; la inauguración de la estatua de Lamas en el Jardín, los juegos florales de Fátima, el homenaje de la Real Academia Galega a Eladio Rodríguez, o el de Curros, son algunos de los muchos ejemplos ).
Don Ramón e o seu xesto.
Este fin de ano, será o primeiro en que saian a celebrar o ano novo algúns dos nosos concidadáns mais novos, e como os costumes mudaron... O do Liceo, segundo parece é para vellos, as festas enpisos, son inviables, (coas novas teorías, no salón das casas, cabe moi pouca xente, será para aforrar enerxía por iso da crise, ou para fomentar a natalidade?), co cal o que queda é sufrir as inclemencias meteorolóxicas no Correxidor, iso si con saias de pouco pano.
Eu polo menos teño o consolo, de que Don Ramón lles bote un ollo de cando en vez, e eles nal- gún momento aínda que só sexa por respecto ao Patriarca, compórtense.
Se alguén non entende a rela- ción destas fotografías, co comentario, que se fixe no xesto de orador de Don Ramón, e bótelle unha ollada á súa estatua no Co- rrexidor.
