EN LA CIUDAD

Ourense, ciudad para echar raíces

raices

Hoy se celebra el Día Internacional del Migrante, una efeméride para recordar a los que se van fuera y que también sirve para reconocer a todos aquellos a los que Ourense ha abierto los brazos. 4.587 personas, según el censo del Concello. 

Hoy, 18 de diciembre se celebra el Día Internacional del Migrante, una efeméride que reconoce a quienes abandonan su país  para echar raíces en otro lugar. Por ejemplo, en la ciudad, donde hay 4.587 extranjeros según datos del censo del Concello a 1 de diciembre. Y si hay algo en lo que coinciden los consultados, es "la buena acogida" que han tenido en Ourense. También, en lo mucho que tienen por descubrir en la ciudad y provincia. 

La diferencia en los horarios de comidas y trabajos es uno de los cambios que encuentran más complicados. "La gente come más tarde, sale más tarde y hay que acostumbrarse al parón de mediodía", asegura la francesa Lina Errida, mientras que el estadounidense Kieran Hubber explica que "normalmente está en  la cama a las 22,00 horas, mientras que aquí se está fuera hasta medianoche. Todavía me parece una locura". 

A pesar de ello, estos extranjeros se han integrado a la perfección en Ourense, una ciudad de la que destacan sus termas, paisajes y la amabilidad con la que les han acogido sus ciudadanos. La irlandesa Sarah Stockman afirma que "la gente ha sido realmente amigable. Está  muy dispuesta a ayudarte, tienen tiempo para ti, para pararse y explicarte". Andy McBeth destaca la cultura de tomar un café y hablar.  "Es lo que más me gusta –asegura este escocés–. También las termas, que aquí tenéis 3.000 fiestas cada año, un verano largo y muchos sitios que visitar. Mientras que Errida reconoce que "también hay una cultura gallega propia, que me gusta descubrir y un idioma que  me parece muy lindo". 

Las cuestas, la altitud de los edificios, la lluvia o la actitud del "depende" son algunos de los peros que ponen. En todo caso, insuficientes para dejar la ciudad atrás. El motivo para abandonarla sería la familia y los amigos. Las dos cosas  que más echan de menos estos ourensanos adoptivos. 

uploaded_sans_titre-1-_resultLina Errida: "Quería marcharme de Francia, aprender y mejorar un poco mi español"

Lina Errida tiene 22 años y llegó el pasado mes de septiembre desde Besançon (Francia)  para trabajar como profesora de francés en un instituto. "Quería marcharme de Francia, aprender, mejorar un poco mi español y descubrir otras cosas". Reconoce que su trabajo como profesora le parecía "una buena forma de moverse al extranjero" porque "permite ganar  experiencia laboral pero deja tiempo para hacer otras cosas y descubrir el lugar, además de trabajar con gente joven". En su proyecto contaba con tres comunidades y eligió "Galicia, Andalucía y Pais Vasco". La destinaron a Ourense, de donde dice que le gusta "la proximidad con la naturaleza y su belleza, el río y las montañas". Si hay algo que no le gusta es que hay "demasiados coches en la ciudad". En cuanto a los ourensanos, le resultan muy amables: "Me ayudaron mucho cuando llegué". 

Nelly Grandin: "Los edificios son muy altos, me costó mucho orientarme al principio"

Francesa nativa de Normandía, tiene 27 años y está empezando su segunda etapa en Ourense como auxiliar de conversación de francés en la Escuela Oficial de Idiomas. No acabó en Ourense de forma casual ya que vivió un año en Inglaterra con dos gallegas. "No tenía casi nada de nivel de español y estaba muy frustrada porque había estudiado en el instituto y con ellas me dio ganas de volver a hablar, conocí esta zona por ellas". Grandin asegura que lo que más le gusta de Ourense es"la comida, el ambiente y la gente". También, la "ciudad vieja y las termas, que es algo que te puede animar a quedarte; que sean gratis es muy importante, es una suerte  y son muy bonitas y naturales". No le cuesta reconocer que le sorprendieron: "Son muy altos. Era muy distinto de lo que conocía, me costó mucho orientarme al no ver lo que había detrás. Tampoco me gustan los horarios". 

Alex Prain: "Es increíble la diferencia en la vida cuando te gusta lo que estás haciendo"

Alex Prain ha pasado tres de sus 29 años en Ourense, donde enseña inglés en el colegio Carmelitas, tras mudarse desde Lindford, un pueblo de Inglaterra. "Al principio fue un poco difícil porque no sabía nada de castellano y la gente aquí no habla mucho inglés. Pero uno de los profesores fue muy bueno, me quedé con el cuatro días y me ayudó a buscar mucho. Fue más fácil por eso". Viene de un pueblo pequeño cerca de Londres y encuentra a Ourense "mejor", porque hay más cosas. "Lo que más me gustó fue la gente y el trabajo, es increíble la diferencia en la vida, cuando te gusta lo que estás haciendo todo es más fácil". Explica que aquí la gente "no va a hablar contigo, pero si tú vas a hablar con ellos puedes hablar toda la noche sin que pase nada, es muy fácil integrarse si quieres hacerlo". Prain echa de menos "la familia, los amigos, la comida y juegos que no hay aquí".

Vera Antunes: "Me sorprendieron los ourensanos, son muy majos; y el gallego me encanta"

Portuguesa procedente de Coimbra, Vera Antunes es profesora de portugués en la Escuela Oficial de Idiomas, tiene 26 años y lleva dos en Ourense porque dice que en su país es "muy difícil encontrar trabajo y aquí tenía un programa de auxiliar de conversación. "Galicia me encantó, es preciosa". Antes había estado en Verín, pero reconoce que no conocía mucho la zona. Antunes no duda en reconocer los que más le sorprendió de Ourense: "Las personas, son muy majas, me gusta pasear por los pueblos y hablar con la gente. El gallego me encanta", afirma. De la ciudad  asegura que lo que más le gusta es que "es pequeña pero tiene de todo; es muy tranquila". Admás explica que su trabajo le "ayuda a conocer a gente" y ha creado un "grupo de conversación en portugués". Antunes explica que la cultura de los dos países es parecida, "pero los horarios aquí son horribles". 

Kieran Hubber: "La gente ha sido muy acogedora, a pesar de que yo no entendía el idioma"

Kieran Hubber tiene 23 años y ha llegado a Ourense hace tan solo dos meses procedente de Montana, en Estados Unidos. "Quería viajar un poco, aprender español y coger experiencia dando clases". No fue casualidad que acabase en Galicia: "La elegí porque escuché que la comida era muy buena y todas las valoraciones que leí en internet eran positivas. También me gustaron las fotografías que encontré, y escuché que la gente era buena". Hubber asegura que una vez aquí no le engañó lo que había leído: "Es genial, incluso mejor de lo que esperaba". Lo primero que probó fue la comida, que es de las cosas que más le gustan, aunque reconoce que "la gente  es realmente buena. Trabajo en Chantada y todos han sido muy acogedores, a pesar de no hablar gallego o castellano. La gente de aquí se parece mucho a la de Montana, no echo de menos eso. Solo las montañas". 

el_resultAndy McBeth: "Me gusta la conexión celta entre Escocia y Galicia; también la retranca"

Andy McBeth es de Glasgow, de donde vino hace 10 años y se quedó por la calidad de vida. "Soy escocés, pero también gallego. Estoy aceptando la cultura, me encanta. Me gusta la conexión celta entre ambas, es muy fuerte, siento la retranca y el humor". 

uploaded_sarah_resultSarah Stockman: “Lo que más me gusta es la comida, cuando voy a Belfast la echo de menos"

Sarah Stockman viene de Belfast, Irlanda del Norte. "Lo que más me gusta es la comida, cuando vuelvo a mi ciudad la echo de menos un poco. También las termas y el paisaje, siempre encuentras cosas que no has visto antes". 

Te puede interesar