Políticos y expertos llaman a adoptar medidas de choque ya que en la provincia vive sólo el 11,8 por ciento de la población gallega
La sangría poblacional en la que desde hace décadas se ha instalado la provincia reduce cada vez más su peso en el conjunto de Galicia. Según los últimos datos publicados por el Instituto Galego de Estatística (IGE), en 2013, de cada 100 personas residentes en la comunidad, menos de 12 (la tasa es del 11,8% del total) lo hacían en Ourense. De esta forma, la ourensana es la provincia que tiene un menor peso demográfico, ya que el porcentaje de población es del 12,5% en Lugo, del 34,5% en Pontevedra y del 41,2% en A Coruña. Así, estas dos últimas provincias continúan aglutinando residentes, ya que en los 10 últimos años ganaron peso mientras que Ourense y Lugo redujeron el porcentaje. Si en 2003, la población ourensana suponía el 12,5% del total gallego; en 1975 era del 16%, superando entonces a Lugo (15,2%).
La situación que atraviesa Ourense con respecto a Galicia es análoga a la de ésta en relación a España. En este sentido, el IGE destaca que durante el año pasado, sólo el 5,9% de los habitantes de España residían en Galicia, cayendo el porcentaje desde el 6,5% del año anterior. Al margen de las evidentes consecuencias de la pérdida de población para la provincia, la reducción del peso demográfico en la provincia se puede acabar traduciendo en una menor representación política y también en una reducción de las fondos que reciben los municipios ourensanos.
Medidas
Dada la consecución de datos demográficos negativos, los políticos de la provincia tienen claro que fijar población es una de las necesidades más importantes a la que se enfrentan en la actualidad. No obstante, ninguna de las iniciativas puestas en marcha hasta la fecha a logrado frenar o invertir la situación y Ourense continúa perdiendo habitantes no sólo por los escasos nacimientos sino también por la emigración. Para el presidente de la Diputación, Manuel Baltar, "factores emigratorios no século pasado e a baixa natalidade existente, aínda tendo en conta a alta esperanza de vida dos ourensáns, son causas claras dun escenario que urxe a actuación determinante da sociedade e sinaladamente das administracións públicas". Según señala, la institución provincial sitúa a la demografía como "unha prioridade na acción política e que supera o horizonte temporal dunha lexislatura". Porque de otro modo Ourense perderá influencia, peso institucional y peso político (ya perdió representación en el Parlamento y en el Congreso), como recordó recientemente el profesor Fernández Leiceaga, autor del estudio sobre demografía del Foro Económico de Galicia.
Para el alcalde de la ciudad, Agustín Fernández, detrás de la pérdida de peso poblacional de la provincia se encuentra "a carencia absoluta de fe e autoestima dos sucesivos gobernos do PP nas posibilidades da provincia". A juicio del regidor socialista, "incentivouse o abandono do rural, primando que se deixasen as explotacións". Cree que es preciso adoptar medidas que fijen población, explotando los puntos fuertes de la provincia -menciona, entre otros, su riqueza paisajística, artística y termal- "e crendo na xoia que temos podemos seguir o modelo do rural francés ou do sur de Inglaterra".
