El Concello rechazó la transferencia de la estructura, pagada por la Xunta e inaugurada en 2001, por deficiencias técnicas
Balcones carcomidos por el óxido, pintadas en los miradores, tirantes oxidados, y escaleras y barandillas deterioradas y también rotas en algunos puntos. Es la imagen que ofrece el emblemático Puente del Milenio de la ciudad 13 años después de su inauguración, en septiembre de 2001. La falta de mantenimiento se ceba sobre esta estructura, considerada en su momento como elemento estratégico del paisaje de Ourense, el quinto puente que iba a convertirla en una urbe moderna y vanguardista, un proyecto estrella que costó 1.709 millones de las antiguas pesetas (10,27 millones de euros) pero que no tiene administración ni empresa que vele por su conservación.
Ocurre que la estructura, construida con cargo a los presupuestos de la Xunta de Galicia, no fue recepcionada por el Concello de Ourense en su momento por el informe desfavorable del Servicio de Ingeniería, que desaconsejó la recepción debido a una serie de deficiencias técnicas -en ningún caso cuestiones que afectasen a la seguridad o al diseño de la instalación- que presentaba el puente y que debían ser subsanadas antes de pasar a ser propiedad municipal.
Ni se mantiene ni se transfiere
Los errores o fallos de la constructora no se resolvieron y la burocracia y la falta de gestión del Concello y de la Xunta -fue la Consellería de Ordenación del Territorio la que adjudicó y pagó la estructura- impidieron que una u otra administración tomase las medidas necesarias para regularizar esta situación. Así, el Concello entiende que el puente sigue siendo "competencia" de la Administración autonómica, que tampoco ha hecho una labor de mantenimiento que mantenga impecable el aspecto de esta obra, que simulaba ser una nave o una gaviota sobrevolando el Miño.
La concejala de Urbanismo e Infraestructuras, Aurea Soto, reconoció que el puente no es de "propiedad" municipal pero también que la transferencia entre instituciones quedó sin resolver desde hace años, tantos como 13, que es la edad del Puente del Milenio; algo que también se ha reconocido desde el PP, aunque ambos urgen el mantenimiento.
