FORO LA REGIÓN

La otra versión de "Fariña", contada por uno de sus protagonistas

photo_camera Manuel Fernández Padrín, durante su intervención en la sala de Afundación.

Manuel Fernández Padín, el testigo protegido en el juicio por la "Nécora", desgranó claves de los años duros de la lucha contra el narcotráfico en Galicia

El testigo protegido en el juicio por la "operación Nécora" Manuel Fernández Padín habló en la sala de Afundación de "La droga en Galicia", dentro de Foro La Región.

El periodista y escritor Xabier Rodríguez Blanco señaló en la presentación del ponente que fue "testigo protegido hasta 2009 en que fue tirado como una colilla". A renglón seguido enlazó el drama de la emigración con el de la droga con sendas fotos, la segunda con 10 protagonistas de los que, según señaló, "sólo quedan tres con  vida".

Manuel Padín tomó el testigo destacando que "nos han dejado tirados, el juez Garzón y también las madres contra la droga, que durante los ocho meses del juicio de la operación Nécora estuvieron apoyándonos".

Padín recordó que fue administrativo y que llegó hasta COU, pero no pudo seguir en la universidad  "por falta de medios, como muchos amigos en Vilanova de Arousa".  Señaló que "teníamos ansias de vivir intensamente y aprovechar nuestra juventud".  Y en esa búsqueda, "algunas amigas mías fallecieron víctimas de la heroína, también mi mejor amigo".

También abordó el problema de la actuación de los padres en aquellos tiempos, "algunos de los cuáles incluso les compraban la droga para que no robaran". El ponente insistió en que en el tema de la droga "no se puede consentir".

Recordó a Vilanova de Arousa como "centro de venta y consumo de heroína, cocaína, pastillas... Y venía gente de Asturias, de Madrid, de Barcelona ... a comprar". Y reconoció que sufre desde hace años psicosis maníacodepresiva, "por consumo de LSD, desde antes de la operación Nécora".

Padín afirmó que tardó en consumir, pero una noche se pasó: "Y quedé sin ideas, con la cabeza desestructurada y eso me costó el matrimonio y el trabajo. Me hacía falta el dinero y empecé en el contrabando con Charlín", hasta que llegó la cocaína y dijo basta. 

"Nos equivocamos con la droga, se llevó a demasiados amigos", explicó antes de recordar cómo decidió denunciar el problema "en la TVG de Gayoso", y fue reconocido. A los pocos días era detenido por la Guardia Civil y decidió colaborar contra el narcotráfico: "Me dejaron tirado, que hasta mi propia abogada, de apellido Zorrilla, me quiso implicar a mí y a mi familia". 

En Carabanchel conoció "a Garzón y el fiscal Zaragoza que me pidieron implicar a Manuel Charlín y les dije que no", pero las presiones le obligaron, "porque Garzón no confiaba en Portabales, que era un camellito que no sabía nada de narcotráfico". El juicio se llevó a cabo y, según subrayó, sigue teniendo miedo a volver a Galicia, "porque por mucho que me digan Garzón o Zaragoza que ahora puedo hacerlo, esa gente no olvida".


"Los charlines podían matarme cuando quisieran"


Padín reconoce que "parece que hay un repunte del consumo de heroína" a pesar de lo cual "en las útima s autonómicas, ningún partido presentaba medidas contra el narcotráfico". Algo que, subrayó, "me preocupa como padre, tengo un hijo de 19 años.

A la pregunta sobre cómo vivió su situación de testigo protegido, aseguró que "siempre di las gracias a los Charlines por no haberme matado, porque podían haberlo hecho cuando quisieran". Y apuntó que "actualmente vivo de una contributiva que no me da ni para pagar el piso, y también de la ayuda de mi mujer".

Otra de las preguntas giró en torno a la posible connivencia entre contrabando y el PP, a lo que Padín contestó: "No sé si el PP está con los contrabandistas, pero los contrabandistas sí que están con el PP".

Al hilo de la política, fue crítico con los medios: "En La Sexta me invitan para criticar al PP. Pero si critico a Garzón, ya no me llaman". 

Sobre el secuestro del libro "Fariña" recordó que "yo lo tengo denunciado porque cuenta mentiras sobre mí que no vienen a cuento".

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