Un palacio en el corazón de la ciudad y con una larga historia

Ourense. 13-10-16. Local. Reportaxe do Liceo de Ourense e entrevista a Javier Casares, o seu presidente.
Foto: Xesús Fariñas

La distinción del aforamiento, un detalle que atisba la dimensión que en su día alcanzó el Palacio de Oca-Valladares, hoy declarado Bien de Interés Cultural, y cuya historia aún está llena de lagunas documentales

Sentado en el Patio de Columnas se pueden observar las cadenas en relieve sobre la piedra que presta su base al primer piso, y que recorren todo el rectángulo de la estancia. "Esas cadenas también las hay en muchas iglesias y en las casas importantes, y grandes palacios", relata Javier Casares, "representan que cada persona que se ponga entre ellas queda aforado, la Justicia no puede hacerle nada". 

La distinción del aforamiento, un detalle que atisba la dimensión que en su día alcanzó el Palacio de Oca-Valladares, hoy declarado Bien de Interés Cultural, y cuya historia aún está llena de lagunas documentales sobre las que debaten los historiadores y especialistas en arquitectura renacentista. 

Desde comienzos del siglo XVI hay datos de una edificación en este solar del casco viejo de la ciudad, cuando el señor de Oca se refugia en Ourense, después de ser despojado de su fuerte en 1477, acusado de complicidad con el conde de Camiña. Sin embargo, la construcción que hoy conocemos tardará en llegar: no es hasta 1583 cuando Don Álvaro de Oca y Sarmiento encarga al cantero Antonio Díaz el colofón, la fachada de su palacio, que había comenzado a construirse en 1520.

Realizado con piedra extraída de los alrededores de la ciudad, el palacio se culminó coincidiendo en el tiempo con las reconstrucciones del arco central del Puente Mayor, y con la construcción del Cimborrio de la Catedral, y las capillas de los Remedios y la de los Santos.

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