historias de un sentimental

Aquellos partidos Prensa-Radio

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photo_camera Ellacuriaga, capitán del equipo de Prensa, entrega un obsequio a Ramos, capitán del contrario.

Las gentes del mundo de la comunicación, allá por los primeros setenta practicábamos un sano humorismo y relación que, entre otras cosas, se manifestaba en los tradicionales partidos de fútbol

Las gentes del mundo de la comunicación, allá por los primeros setenta, en Ourense, formábamos una cordial familia de camaradería y relación. No éramos tantos como ahora, pera practicábamos un sano humorismo y relación que, entre otras cosas, se manifestaba en los tradicionales partidos de fútbol, a beneficio vaya usted a saber de qué, que cada año celebrábamos en el Estadio del Couto, previo entrenamiento, quiero, previo consumo de unas cuantas tazas por las tabernas de la zona.

El equipo de la radio lo formábamos representantes de las tres emisoras que entonces existía en la ciudad: Radio Ourense, La Voz del Miño y Radio Popular, y el de la prensa, personal de redacción de La Región, reforzados ambos por diversos amigos y conocidos que tenían algo que ver con nosotros, y empleados de otros servicios y dependencias de La Región como empresa.

El capitán del equipo de la prensa era Ellacuriaga que, como hombre precavido, jugaba con casco, y yo le correspondía en el de los de la radio. Por un día, el recordado Reza colgaba la cámara para lanzarse a la cancha de El Couto y era, con su capitán, el otro puntal del equipo. Horacio, Santi, Esteban Plaza jugaban en el ariete, con dos refuerzos por los laterales, en tanto Pepe Ruipérez y yo nos movíamos entre el centro y la defensa de los de la radio.

Pido perdón porque entre los recovecos de la memoria se me han perdido los nombres de otros compañeros que aparecen en las fotos, y que el tiempo no me permite recordar ahora. Pero están ahí.
Teníamos madrinas, siempre una chica mona, y la madrina de honor permanente, que era la añorada Concha, primera aficionada al club local, siempre con su puro y su cofia. La verdad es que uno echa en falta en este Ourense de nuestros días a aquellos personajes entrañables, singulares y queridos, evidencia de ese especial sentido del humor que es la divisa de los ourensanos de todos los tiempos.

Éramos muy ritualistas y el ceremonial de aquellos partidos pareciera una final de la Champions. Los dos capitanes nos saludábamos en el terreno de juego, las dos madrinas, la de aquel encuentro y la permanente, hacían el saque de honor y se intercambiaban objetos, más que propiamente banderines como se puede apreciar en una de los fotos. Como los porteros eran refuerzos de chavales de verdad que jugaban al fútbol, los resultados eran muy reñidos, pese a la holgada interpretación de las reglas de juego que hacían los señores árbitros y jueces de línea, aunque en ocasiones pareciera más un partido de cualquier cosa, menos de fútbol. También es cierto que nunca logramos llenar el estadio, pero eso era lo de menos.

Al exhumar ahora estos recuerdos, aunque volveré sobre el tema, se encarnan en la memoria aquellos entrañables compañeros de prensa y radio que se fueron. Con respecto a La Región, si bien no todos se incorporaban al equipo de la prensa, pues tenían más sentido común que todos nosotros, recuerdo a un joven Arturo Lezcano; a Rey, que con paciencia de Santo tomaba a máquina mis crónicas desde Vigo, cuando ya instalado en esta ciudad, ejercía como corresponsal del diario ourensano en las Rías Bajas.

Y sobre todo recuerdo a Alonso, uno de los mejores entrevistadores que he conocido, pero volveré hablar de él con la profundidad que merece para otro día.
 

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