El letrado del procesado recordó en el juicio, a puerta cerrada, que la denunciante, con retraso mental, sufre un trastorno bipolar. Las acusaciones alegan que la mujer es incapaz de fabular
Francisco B.G. negó ayer el delito continuado de agresión sexual que le atribuye la fiscal y la letrada de la acusación particular, que representa a la denunciante, una mujer con retraso mental con un deterioro cognitivo grave (sufre un trastorno bipolar y tiene reconocida una minusvalía del 66%).
El abogado del inculpado interesó al tribunal de la Audiencia que lo juzgó ayer a puerta cerrada una sentencia absolutoria en tanto que las declaraciones de la mujer "no son consistentes y presentan muchas contradicciones". Recordó que la perjudicada denunció hace 30 años a varios vecinos por estos mismos hechos y los médicos no le dieron crédito a sus manifestaciones. Según dice, la denuncia de Francisco B.G. coincidió "con una crisis" a raíz del trastorno bipolar que padece la mujer.
La fiscal y la abogada de la acusación particular mantuvieron firmes sus posiciones: una condena de 14 años y medio de prisión si bien difieren de la indemnización (77.000 euros frente a 150.000).
Las acusaciones esgrimieron el informe forense sobre la verosimilitud del relato de la víctima y la incapacidad para fabular dada su limitada inteligencia. En este sentido, la defensa recordó que una asistente social explicó que la mujer mentía cuando hacía las cosas mal.
La fiscal mantiene que el que el acusado, "aprovechándose de la vulnerabilidad de la víctima y la superioridad física", mantuvo relaciones sexuales "no consentidas" con , que incluían besos, tocamientos, masturbaciones y también penetración vaginal y digital así como felaciones. Además, le habría amenazado para que no contara la situación diciéndole que "no la iban a creer" y que iban a pensar "que estaba loca".
Las relaciones sexuales, según la víctima, tenían lugar en su propia casa, la del procesado o incluso en el exterior.
