TRIBUNALES

Juzgado un hombre de 72 años por abusar de una niña de 4

El inculpado es el abuelo de la mujer acusada de causar graves daños a su propio hijo, de 10 meses 

Saturnino P.P., de 72 años, fue juzgado en la Audiencia de Ourense por un delito continuado de abusos sexuales a una niña de sólo cuatro años, quien vivía en el mismo domicilio que el acusado, en la carretera de Santa Mariña (Ourense). La víctima es la única hija de V.G.F., uno de los dos procesados por el caso del bebé maltratado que saltó a la luz en marzo del pasado año. El progenitor de la niña vivía con su entonces pareja, A.P.C., nieta de Saturnino y también procesada por las graves lesiones que presentaba su pequeño de 10 meses, cuando sucedieron los hechos que se vieron a puerta cerrada en la sala de vistas de la Audiencia.

El caso se destapó cuando en enero del pasado año la hija de V.G.F. compartía sofá con su pareja y el abuelo de ésta en el salón de su casa. A.P.C. se ausentó para atender una llamada telefónica por una oferta de trabajo. Tras la conversación, regresó al salón y al no verlos fue a la habitación de Saturnino P.P., en donde, según la versión de su propia nieta, éste estaba reclinado sobre la pequeña, que tenía el pantalón y la ropa interior bajada hasta la rodilla. A.P.C. relató lo sucedido a su novio, padre de la menor, quien denunció los hechos que ayer fueron objeto de juicio en la Comisaría de la Policía Nacional.

La fiscal presente en la instrucción del caso solicitó una condena de seis años de prisión para el inculpado al tiempo que fijó la responsabilidad civil en 3.000 euros. Según aseguró en la exposición de su informe final, el septuagenario, "guiado por un propósito sexual, bajó las bragas y el pantalón de la niña hasta el tobillo" cuando estaban juntos en la habitación. La representante del ministerio público sostiene que el inculpado "se acostó al lado de la pequeña y frotó su pene con su vagina". Añade que 15 días antes, "con ánimo libidinoso", también realizó tocamientos en la zona genital de la menor, que no se opuso por el temor que sentía basado en la superioridad. Este último episodio de abusos lo confesó el propio inculpado ante el juez instructor -ayer rehusó declarar en el plenario- aunque matizado, ya que para él sólo se trataba "de un juego entre ellos".

Los análisis forenses hallaron una pequeña cantidad de semen del acusado en la ropa interior de la víctima pero no en el cuerpo. Asimismo, aparecieron en sus bragas y pantalón células espermáticas y ADN de otro varón desconocido "que pudiese corresponder a un pariente de la menor·. Este hallazgo dio pie a que la fiscal ordenase deducir testimonio a los familiares de la niña, un procedimiento judicial que ahora se sigue en el Juzgado de Instrucción 3.

La letrada de Saturnino P.P. aseguró que no quedaron acreditados los tocamientos e invocó una eximente completa de la responsabilidad penal para el inculpado a tenor del trastorno mental que padece derivado de un consumo de alcohol de larga evolución y un episodio depresivo, tal como consta en un informe del psiquiatra de la Unidad de Conductas Adictivas del CHUO.

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