Quieren imitar a Santiago para evitar el botellón y proteger la ubicación provisional del vandalismo
Los comerciantes de la Plaza de Abastos parecen decididos a no tolerar más botellones ni actos vandálicos en la Alameda, donde se ubica el edificio que los albergará mientras duran las obras de reforma del actual mercado. Ayer pasaron a la acción y enviaron por registro un escrito al Concello de Ourense en la que piden que se siga el modelo implantado hace años en Santiago de Compostela y se cierre la Alameda a partir de una determinada hora por las noches.
La iniciativa planteada por el colectivo de placeros pasaría por echar al cierre a este espacio verde y no dejar pasar a nadie en el recinto. Apunta a un modelo que funciona en Santiago de Compostela.
Allí, el botellón pasó a la historia tras una remodelación que consistió en vallar el espacio, y el cierre posterior en horario nocturno, impidiendo la posibilidad de moverse por casi todo el parque.
Con esta idea, creen los placeros que acabaría con el vandalismo asociado a la ingesta de bebidas alcohólicos en grandes grupos en la calle, práctica habitual en la Alameda. El presidente de la Plaza, Emilio González, incluso señala que no es necesaria la prohibición del botellón y propone que "pongan dos buses urbanos y los envíen al Campo da Feira, donde no molestarán a nadie, pero siempre con vigilancia".
La postura oficial del Concello respecto a la prohibición manifestada a este periódico es que van a incidir "lo máximo posible" en el control y vigilancia de la Alameda durante el botellón. Descartan que los incidentes del pasado fin de semana que acabaron con vallas dañadas estuvieran directamente relacionados con el botellón, ya que la Policía Local "no detectó ninguna incidencia" durante el tiempo que se desarrolló. Así, creen que el origen de los destrozos puede ser debido a "otro tipo de actos vandálicos".
Ya pueden entrar a la plaza provisional
Los placeros recibieron a última hora de la mañana de ayer las llaves para entrar al nuevo edificio que los acogerá al menos durante dos años en la Alameda. Así, a partir de hoy los industriales de la Plaza de Abastos podrán acceder a esta infraestructura para iniciar las mediciones oportunas en los espacios habilitados para cada uno, de cara al traslado de los enseres y materiales necesarios para hacer su labor. Según los cálculos de los placeros, el traslado debería finalizarse antes del verano, incluso ya en el mes de mayo, aunque todo dependerá de que no haya inconvenientes.
Con la obtención de las llaves, a partir de ahora el proceso dependerá de los comerciantes, que pasarán a tener el control sobre la instalación.
