TRIBUNALES

El policía acusado de eludir un control en Ourense niega los hechos y habla de "venganza"

photo_camera Francisco A.P., sentado en la mañana de este martes en el banquillo.

El enjuiciado también embistió una terraza y exhibió una pistola en un bar

El policía nacional Francisco A.P. aseguró este martes, en juicio celebrado en el Penal 2, que "no puse ningún problema para hacer la prueba de alcoholemia, soplé". Los hechos se remontan a la madrugada del 17 de marzo, cuando fue detenido en un control de alcoholemia de la Policía Local en la avenida de La Habana. Justo un mes antes de que protagonizara varios incidentes por exhibir un arma en un bar y embestir con su coche una terraza de un bar de A Ponte. A esto se añade su detención el pasado julio por romper retrovisores y limpiaparabrisas en una decena de coches.

En relación con el juicio de este martes, los agentes aseguraron en el atestado que Francisco se había negado a hacer la prueba y "mostraba restos blancos en la nariz".

En el transcurso del juicio, el acusado reiteró que las afirmaciones de los agentes de la Policía Local son fruto "de una venganza, porque a tres de los que estaban en el control, los conocía de dos incidentes previos". En concreto, y a preguntas de la defensa, aludió a un suceso acontecido en 2015, cuando dos agentes locales "le empezaron a tirar sus pertenencias a un indigente que pedía en la avenida de As Caldas diciendo que se fuera de allí; yo les dije que era una buena persona" y considera que de ese altercado surge el desencuentro en el control de alcoholemia de la avenida de la Habana del pasado marzo, que atribuye a "una venganza".


Esgrimió que "tenía asma"


Los dos agentes que testificaron en el juicio coincidieron en subrayar que no conocían de nada al acusado y que, aunque éste llegó a soplar, "no emitió ticket alguno" y llegó a esgrimir "que tenía asma para evitar soplar de nuevo". Añadieron que "tenía un andar titubeante y un fuerte olor a alcohol".

Un tercer testigo, en este caso de la defensa, subrayó, sin embargo, que le había dejado a Francisco conducir su coche esa noche "porque no estaba en condiciones de hacerlo yo", al tiempo que recalcó que el acusado "iba bien".

Para la acusación quedó "acreditado que el acusado estaba bajo los efectos del alcohol, como indican los detalles de los testigos, y se negó a hacer la prueba". La defensa, por su parte, esgrimió que ese andar titubeante podía ser fruto de la medicación que toma para la ansiedad y, en cuanto al olor a alcohol, "mi defendido admitió haber tomado dos cervezas", recordó la letrada. El juicio quedó visto para sentencia.

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