DETENCIóN

A prisión dos de los tres atracadores que apalearon a un empresario en 2013

Un testigo incrimina a un dominicano que tendrá que ser extraditado ya que fue expulsado en febrero del pasado año 

El juez de guardia envió a prisión a Fernando Fedeirco Sorga de Oliveira, portugués de 36 años, y a Jancarlo Kery Martínez (24) por su presunta participación en el asalto a un conocido empresario de la ciudad en diciembre de 2013 cuando regresaba a casa de madrugada tras salir a cenar con unos amigos. Mientras, dejó en libertad al tercer detenido: José Manuel Meléndez Brito (33), también dominicano.

Los supuestos atracadores encarcelados, asentados en Ourense, no sólo atacaron sorpresivamente al constructor, de 65 años, sino que lo propinaron una brutal paliza para que les facilitara el acceso a las cajas fuertes de la vivienda. De hecho, tuvo que estar hospitalizado varios días a consecuencia de varias fisuras en costillas y los golpes recibidos en la cabeza.

La Policía Nacional considera que los tres imputados, todos con historial delictivo, forman parte de un peligroso grupo organizado, muy violento en su forma de proceder, tal como denotó su forma de actuar.

Los hechos por los que fueron arrestados el pasado sábado sucedieron sobre las tres de la madrugada del día 1 de diciembre de 2013 cuando la víctima se disponía entrar en su chalé de la calle Asunción, en el barrio de As Lagoas. Tres individuos, uno de ellos con una pistola, lo abordaron y ocultaron su rostro con una pasamontañas. En el forcejeo, los asaltantes arrojaron al suelo al empresario, llegando a inmovilizarlo, dejándolo maniatado en un sofá del domicilio, momento en el que le propinaron varios puñetazos, así como patadas en la cara y costado consiguiendo de esta forma que le facilitara las llaves que abrían dos cajas fuertes, para así sustraer del interior de una de ellas un reloj de oro y unos 40.000 euros y de la segunda, 10.000.

Una vez que los asaltantes concluyeron su objetivo abandonaron la vivienda, permaneciendo la víctima en el suelo con las manos inmovilizadas a la espalda y sangrando abundantemente por una herida producida en la cabeza. Fue el hijo de la víctima quien a primera hora de la mañana encontró a su padre malherido y alertó a la Policía.

Los investigadores hallaron en el interior de la vivienda de Jacarlo Kery en Castro Canseco -O Couto- un pasamontañas, teléfonos móviles y munición de una pistola, así como un reloj de oro que no pertenece a la víctima. También apareció un walkie talkie que, según el denunciante, vio que llevaba el atracador que asumió las labores de vigilancia en el exterior e irrumpió en escena más tarde. En el momento en que irrumpieron los agentes en casa de Jancarlo , éste intentó escapar a través de una ventana.

Un testigo "cantó"

El juez de guardia envió a prisión a Fernando Federico Sorga y José Manuel Meléndez en base a la declaración de un testigo que los inculpó quien "afirma sin ningún género e dudas y sin incurrir en contradicciones que el delito investigado fue perpetrado por ellos", junto a un colombiano que no fue detenido. Este testigo estuvo presente cuando se preparó el asalto a la vivienda y posteriormente cuando se realizó el reparto del dinero. Tal como confesó a la policía, cada uno de los imputados se llevó 22.000 euros, pero, además, ofreció detalles del robo que, según la valoración del juez, "ponen de manifiesto que se trata de un testigo fiable, no existiendo razones para dudar de su credibilidad".

La víctima: ‘Todo lo que viví es muy difícil de superar'

La víctima aseguró a este diario que todo lo acontecido "es muy difícil de superar" por eso prefiere no revivirlo e intentar pasar página cuanto antes porque, tal como añade, "estoy muy fastidiado". Califica lo sucedido como "algo muy desagradable, que ya tenía medio olvidado". Tras conocer la noticia de la detención de los presuntos atracadores, aseguró no tener nada que decir: "Que hagan lo que quieran con ellos".

El empresario asegura que no participó en ninguna identificación porque "las personas que me atacaron iban con capuchas". Las secuelas psicológicas de la paliza trata de superarlas mientras que las físicas, según precisó, lo llevaron dos días al hospital. 

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