EN CLAVE

Entre políticos y empresarios

Durante esta semana solo la credibilidad de los empresarios podía igualar por abajo a la de los políticos. Ambos colectivos y sus dirigentes, a lo suyo, que no suele ser lo nuestro.

Lunes, 3 - La gestora de la comunidad vecinal

Los partidos políticos tienen mucho de comunidad de vecinos. Parte de sus vidas la viven bajo el mismo techo, comparten servicios, pagan los recibos. Pero eso es accesorio. En lo que se parecen es en que la mitad no traga a la otra mitad. A lo sumo se soportan. También en la comunidad hay sector crítico, aquel que quiere calefacción cuando nadie la desea y pide que se apague cuando tiene síntomas de climaterio. Por eso en las comunidades de vecinos se nombra una gestora, una señora que tiene una oficina que atiende comunidades, procura que haya gasoil, que los recibos estén al día y no haya más desmanes de los necesarios. La mayoría podrían ser la gestora del PSOE, ese conjunto de guardianes del grial ideológico, cuyo cáliz a punto estuvo de ser volteado estos días y que mantiene vivo el credo después de Sánchez. El lunes todavía leímos mucho sobre los restos del naufragio del histórico partido, sobrevolado por aves de rapiña. Un propietario está al día en el pago de sus recibos y le acaban desahuciando. Eso es la política, ni más ni menos. Que se lo digan al ya exsecretario general del PSOE, por cierto bisoño en todo este proceso e iluso por creer que iba a sobrevivir a un statu quo que sujeta el puño y la rosa aunque esté fuera. Esto ya luego parece "Aquí no hay quien viva", la facilona serie creada por José Luis Morero, al que solo faltó poner el cuervo para que fuese más homologable a la crisis del PSOE.  

Martes, 4 - Entre machos, muchos y sus derivadas

Hasta hace relativamente poco tiempo a la entrada de Ourense por la carretera de Santiago permaneció una valla publicitaria con Antonio Troitiño pidiendo el voto como candidato bajo una de las varias siglas que le abrigaron en su intención de sentarse como concejal en la Praza Maior. Cuando el PP de Fraga eligió para una campaña de las autonómicas como eslogan "Galegos coma ti" hubo quien escribió debajo del cartel "por suerte quedan poucos". Cuando el mismo partido homologaba al león de Vilalba como garante de la democracia hubo quien pintó en una pared que "democracia con Fraga es como joder con braga".  Los carteles con la foto de los candidatos y  su petición de voto sobreviven mucho más allá del dictamen de las urnas, incluso alguno ha dimitido por lo ridículo de sus resultados y su imagen todavía cuelga de alguna farola pronosticando que si no le votamos a él sobre nosotros caerán toda suerte de maldiciones. El periódico publicó esta semana imágenes de publicidad electoral que afean las calles, después de que tuviésemos que verles la jeta todos los días de la campaña. Hasta los partidos con más teórico lustre medioambiental han obviado retirar toda la parafernalia que a gran velocidad colocaron desde el minuto uno de campaña. Y como aún siguen propongo un concurso de garabatos sobre las fotos de los candidatos y otro de ripios sobre los eslóganes. A ver si alguno mejora aquel que usó un candidato a concejal en una ciudad colombiana que pedía ser votado por sus vecinos proclamando: "No somos machos, pero somos muchos". 


Miércoles, 5 - El escepticismo de los datos estadísticos

Dice la estadística oficial del Ministerio de Empleo que el paro ha bajado en Ourense. Es más, matiza que ha sido la única provincia gallega donde lo ha hecho. Rascando en los datos resulta que la vendimia y la recogida de las cosechas han venido en auxilio del gobierno en funciones, que agita la bandera de la victoria sobre la crisis. Es curioso. La nuestra es la provincia  en la que la agricultura y la ganadería tienen el menor peso de Galicia, pese a que tenemos a Coren. Aún así se crea empleo, dice la oficialidad. Todo esto es muy sospechoso, sin duda, y basta mirar por la ventanilla del coche para ver que en Ourense apenas se produce, casi nada en comparación con el resto de provincias. Ahora bien, si dice el Ministerio que vamos bien, iremos bien. Cuando decía que íbamos mal y subía el paro todos creíamos los datos. Los primeros, los sindicatos. Ahora que se tuerce la gráfica, todos somos mucho más escépticos. Debe ser la edad. 


Jueves, 6 - Mejor si conseguimos que desaparezca

Algunos representantes de los ourensanos se justifican en la destrucción. Como el niño envidioso que está esperando que el otro acabe el castillo de arena para pisárselo. Después de sesudos y estériles debates sobre si las instituciones debían apoyar el fútbol y el baloncesto de élite, los conjuntos más representativos han ido caminando lentamente hacia el olvido. Por lo tanto, todos felices. La banda de música, cuyo coste escandalizaba solo a unos pocos, ha ido muriendo y sin alternativa. Misión cumplida también. 
 
Viernes, 7 - El trajín de las bajas de los coches

En la ciudad 3.000 coches menos y en los concellos de la provincia, 3.000 más. El silogismo está claro: ¿se paga más impuesto en la ciudad? Luego, se censa el coche en otro concello. Mientras, en el Concello de Ourense, creyendo que ganan por cobrar más, siguen perdiendo. 

Sábado, 8 - Pésima imagen la de los empresarios

Antonio Dieter Moure ha dimitido como presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia. La entidad no estaba para florituras y el ourensano claudicó porque pensó tener el tesón del que careció, creyó que la entidad tenía arreglo y, sobre todo, pensó que a su mesa sentaba compañeros, pero resultaron ser chacales. Ganó las elecciones de enero pasado a su contrincante José Manuel Pérez Canal, pero éste aún no digirió la derrota. Las organizaciones empresariales son las perfectas hogueras de las vanidades de hoy en día. ¿Un ejemplo? Los primeros en alegrarse de la renuncia de Moure fueron los propios empresarios. Los que le hicieron la vida imposible fueron los propios empresarios. Los que derribaron la credibilidad de la entidad fueron los propios empresarios. Nunca como hoy su crédito está tan bajo. 

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