La edil de Cultura confía en tener los pliegos del concurso preparados en el plazo de un mes
La concejala de Cultura, Belén Iglesias, en quien el alcalde de Ourense, Jesús Vázquez, delegó la responsabilidad de decidir el futuro de la Banda de Música municipal después de que se conociese que el segundo concurso para contratar su gestión también había resultado fallido, no ceja en el empeño de que la ciudad recupere la agrupación.
Así se lo confirmó Iglesias a los representantes de los grupos de la oposición que forman parte de la junta de área de cultura, asegurando que ya ha dado la orden a los técnicos de su departamento para que empiecen a analizar posibles ajustes en los pliegos de condiciones para convocar un nuevo concurso, con el objetivo de que las agrupaciones que se puedan interesar en el contrato sean capaces de cumplir los requerimientos.
En la reunión, la edil de Cultura explicó que los plazos que manejaba para tener la documentación preparada apuntaban al mes de febrero. "Estase estudiando, mirando se se pode quitar algo do prego, nun mes teremos algo", recoge el acta de la reunión de la junta de área, tras una pregunta sobre la Banda del portavoz del PSOE, José Ángel Vázquez Barquero, que la semana pasada mostraba su malestar por los numerosos procedimientos que han quedado desiertos en el actual mandato, entre los que citó la Banda de Música.
Despropósitos
El primer intento realizado por este gobierno se convocaba en la primavera de 2016, presentándose únicamente la Asociación Cultural Ricardo Courtier, incapaz de cumplir con la acreditación de la experiencia de sus músicos, lo que obligó a su exclusión y a declarar desierto el procedimiento.
Un año después, flexibilizando algo las condiciones, el gobierno local volvía a la carga. En esta ocasión, eran tres las empresas que presentaron una oferta, aunque una de ellas ni siquiera pasó el primer corte al no cumplir los requisitos técnicos.
Entre las otras dos, la Ricardo Courtier y una denominada Asociación Cultural Banda de Música de Ourense, fue esta última quien redujo más el precio de licitación (250.000 euros al año), pero no presentó la documentación y fue expulsada del concurso. Volvía de nuevo a tener prioridad la Courtier, agrupación que gestionó la Banda durante más de un siglo, pero que, sorprendentemente, renunciaba con un escrito a seguir con el proceso aduciendo falta de solvencia. Todo volvió entonces a la casilla de salida, de la que ahora el PP quiere volver a escapar.
