SEMANA SANTA

Preparando los días de Pasión

photo_camera El obispo durante la celebración de la Misa Crismal en la Catedral. (José Paz)

El obispo de Ourense, Leonardo Lemos, presidió la Misa Crismal en la que, dirigiéndose a los sacerdotes, les recordó que su trabajo "debiera ocupar toda la jornada". En O Barco, los fieles participaron en la procesión del Cristo de los Ferroviarios. 

La Semana Santa ourensana vivió ayer su primer momento especial con la celebración de la Misa Crismal en la Catedral de Ourense, reservada únicamente para el obispo, Leonardo Lemos. Se trata de la más solemne del año litúrgico, ya que en ella se bendijeron los óleos y se consagró el Crisma, y el prelado aprovechó para dirigirse a todos los sectores de la Diócesis, partiendo de dos frases que marcaron sus palabras: "Sacerdote evangelizado, sacerdote evangelizador" y "Vosotros os llamareis: sacerdotes del Señor” (Is.61,)".

El obispo inició su discurso señalando que "en el marco de esta solemne celebración de la Misa Crismal, la profecía de Isaías que acabamos de proclamar es como si fuese un despertador de nuestra conciencia, nos recuerda lo que somos: Sacerdotes del Señor".

Continuó señalando que "la Iglesia en Ourense agradece la vida entregada y el ministerio de tantos sacerdotes que viven su ministerio con fidelidad y se sienten disponibles para servir"; y, apoyándose en una cita del papa Francisco, afirmó que "la lucha por el poder en la Iglesia no debe existir, sólo el poder del servicio".

Leonardo Lemos recordó al clero la necesidad de "cuidar nuestra existencia con un trabajo que debiera ocupar toda la jornada, prestando atención a la vida espiritual, descubriendo, desde nuestras pobrezas, que el tiempo dedicado a la oración y a la meditación forma parte de nuestro ministerio altamente cualificado por Dios aunque, desgraciadamente, puede ser descalificado por la falta de fidelidad y coherencia".

El obispo destacó que "no somos vendedores de mercancía averiada y de baja calidad o caducada por el tiempo. Somos testigos de un Dios vivo, rico en misericordia, que es el único Camino, Verdad y Vida".

También se dirigió a los fieles al final de la homilía para pedirles una oración por los sacerdotes y por las vocaciones, recordando al papa: "Evitemos esos comentarios, críticas, maledicencias. No creáis, sin más pruebas, al primer comentario que llega con respecto a la vida de nuestros sacerdotes, y recordad ese consejo que el papa Francisco ha repetido, en varias ocasiones: 'Las habladurías dañan a las personas, la calidad del trabajo y manchan el ambiente y a aquellos que propalan esos comentarios".

En O Barco, los vecinos recorrieron las calles, partiendo de la parroquia de San Mauro, para acompañar al Cristo de los Ferroviarios, en la tradicional procesión-vía crucis, que tuvo su parada especial en la estación de Renfe, antes de regresar de nuevo a su iglesia.

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