DEMOGRAFÍA

La provincia, incapaz de voltear la fuga de personas entre 25 y 45 años

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photo_camera Personas en el exterior de la estación de tren de Ourense.

Aunque el saldo migratorio global desde 2010 es positivo, esa franja de edad arroja una pérdida de más de 3.000 habitantes 

Aunque las cifras de migraciones empiezan a dar un respiro a la provincia de Ourense, hay una herida que parece imposible curar y que se convierte en una de las grandes amenazas para el futuro del territorio.

Se trata de la fuga de personas de entre 25 y 45 años, un colectivo que entre 2010 y 2017 ha disminuido en más de 3.100 unidades por el alto volumen de emigraciones producido, 47.313, que contrastan con las 44.266 personas que llegaron desde otros territorios en el mismo período de tiempo, según refleja el estudio publicado ayer por el Instituto Galego de Estatística.

Expertos en demografía como el profesor del Campus Alberto Vaquero consideran este fenómeno como uno de los más preocupantes para cualquier comunidad, ya que "afecta sobre todo al mercado de trabajo, al irse reduciendo paulatinamente la población activa, lo que supone menos potenciales cotizantes al sistema".

La principal sangría en el abanico entre los 25 y los 45 años se produce entre la gente más joven. Hasta los 35 años, el saldo negativo asciende a más de 2.500, al salir de la provincia más de 27.000 individuos y llegar menos de 24.000.

No obstante, algo sí se ha amortiguado la caída poblacional, ya que en 2017, el saldo negativo fue de 269, tres veces menos que en 2014, cuando la crisis estaba en uno de sus puntos álgidos.


Contraste


Los datos de los movimientos migratorios en la franja entre 25 y 45 años contrastan con las cifras globales, ya que en el conjunto de toda la sociedad, Ourense arroja un saldo positivo de 168 personas en lo que llevamos de década.

En esta línea, la provincia cuenta desde 2010 con un millar de personas más por debajo de los 16 años; 705 de entre 16 y 24 años; 500 de entre 45 y 54 años; 1.133 de entre 55 y 65 años.

Por el contrario, el balance todavía es negativo (-165) entre los mayores de 65 años, aunque la tendencia ha empezado a cambiar, ya que en los dos últimos ejercicios (2016 y 2017), Ourense ha ganado 300 jubilados.

Analizando solo los datos de 2017, el repunte de la inmigración desde el extranjero, que casi se triplicó respecto al año anterior, permitió cerrar el año en saldo positivo por primera vez desde 2012, con 665 inmigrantes más que personas que hicieron las maletas para irse a otro lugar. Galicia también registró en un saldo migratorio positivo por segundo año consecutivo, al recibir 6.683 inmigrantes más que emigrantes. 


Cinco de las 12 comarcas atraen más residentes de los que se van


El análisis recopilado por el Instituto Galego de Estatística permite analizar también el comportamiento de las migraciones a nivel comarcal y municipal, algo que desvela que cinco de las 12 áreas en las que se divide la provincia atrajeron más personas de las que hicieron las maletas durante el año pasado.

La comarca de Ourense, con el factor de la ciudad, concentra aproximadamente la mitad de los movimientos migratorios de la provincia. Así, llegaron a alguno de los concellos que la componen más de 6.500 personas (el 50% de otros puntos de Ourense), mientras que se fueron 5.660.

El segundo saldo positivo más alto (108) es de la comarca de O Carballiño, donde se asentaron más de 1.100 personas y salieron poco más de un millar. A continuación se situó Celanova, con un saldo favorable de 71.

En el extremo opuesto se sitúan comarcas como la de Verín, que durante el año pasado vio como hacían las maletas 1.281 personas, llegando algo más de 1.100. También Valdeorras presenta un registro negativo, en este caso de 62 habitantes.

En total, salieron de la provincia de Ourense 12.857 personas, mientras que en dirección contraria la cifra ascendió a 13.522. Aunque la mitad de los movimientos fueron internos, sin salir de territorio ourensano, hay que destacar también que las inmigraciones desde el extranjero, empujadas por casos como el problema de Venezuela, doblaron a las salidas a otros países.

Por su parte, alrededor de 2.500 personas hicieron las maletas a otra comunidad autónoma y 1.797 se mudaron a otro punto de Galicia. 

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