política local

El PSOE madura su decisión sobre el candidato de la ciudad

Miembros de la agrupación local sondean alternativas a Villarino, que sigue sopesando su futuro

El PSOE no quiere dar pasos en falso en la solución que adopte tras la sorprendente renuncia de José Ángel Vázquez Barquero a ser el candidato a la Alcaldía de Ourense en las elecciones del 26 de mayo, motivo por el que todos los responsables orgánicos del partido –en los niveles autonómico, provincial y local– buscan que la decisión final esté lo más madurada posible, dada la complejidad de la misma.

Así, según diferentes fuentes consultadas dentro del partido, son muchas las variables que se están analizando. La principal hipótesis sigue siendo el paso adelante del secretario provincial y alcalde de Amoeiro, Rafael Rodríguez Villarino, inmerso en un período de reflexión para evaluar los pros y contras de un futuro en la tercera ciudad de Galicia. Asimismo, su entorno más cercano también le está advirtiendo sobre los riesgos e impacto de su salto al ruedo del Concello de Ourense.


El papel de la Tercera Vía


Mientras, en el PSOE local se está tratando de buscar otros nombres que puedan tener hueco como posibles candidatos. "Sería alguien que tendría que suscitar consenso", dicen fuentes consultadas, aunque conscientes de que es muy complicado dar con la tecla. En este escenario, la tercera vía mueve fichas para intentar posicionar a Concepción García o Javier Rey como posibles candidatos   a la Alcaldía. Otra opción que baraja esta corriente socialista sería correr la lista tras la baja de Barquero y que la número 2, Natalia Gonzalez, tome las riendas.

Todo viene motivado por el hecho de que en el seno de la agrupación preocupan los efectos del "aterrizaje" de un candidato que no es de la ciudad o cómo se articularía finalmente la elaboración de la lista electoral del 26 de mayo, ya que Villarino, en caso de convertirse en el líder del partido en Ourense, querría disponer de capacidad para modelar su equipo, por lo que sería necesario buscar un equilibrio con la lista ya aprobada para no herir más sensibilidades, con la tensión todavía a flor de piel tras el adiós de Barquero, que vio precisamente como Ferraz introducía cambios.

En lo que sí coinciden prácticamente todos es en desear que la incertidumbre no se prolongue en el tiempo, una celeridad que choca con la magnitud del asunto a resolver. 

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