TRIBUNALES

Una dependienta reconoce a su atracador por la voz y su tatuaje

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photo_camera El inculpado tuvo que mostrar su tatuaje para ver si la víctima lo reconocía.

La defensa alega que la víctima lo identifica por un tono característico de ambientes marginales

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La dependienta de una tienda de ropa de la calle Doctor Fleming está convencida que Gregorio Antonio A.P. de 45 años, es la persona que la atracó con una pistola y un machete el 1 de agosto del pasado año. Eso sí, aclarando ciertas cuestiones al abandonar el local con los 80 euros de la caja: "Lo siento neniña, no es por ti, pero me hace falta el dinero".

En el juicio celebrado ayer en el Penal 1 (era causa con preso y no se vio afectada por la huelga), explicó que reconoció al asaltante, pese a cubrirse la cara con un pasamontañas, por su voz -"rasgada, grave y afónica-", sus ojos azules y el tatuaje que le cubre todo el cuello y que tuvo que mostrar en la vista oral. Dibujo que fue decisivo para la identificación de la Policía Nacional. El agente que declaró quiso resaltar la colaboración de Gregorio Antonio A.P. en el momento de la detención. En esa fecha, añadió, "sabíamos que lo estaba pasando mal y que estaba bastante enganchado".

La víctima del asalto, quien ya había tratado como cliente en alguna ocasión al inculpado, lo tenía "fichado". Se había fijado tiempo atrás en él porque llevaba muletas, corsé y collarín (sufrió un accidente de tráfico en la calle Remedios al huir de la Policía). Según su testimonio, la mañana del asalto pasó miedo por las amenazas: "Me dijo, dame el dinero porque te pego un tiro o te rajo", relató.

El inculpado, que fue detenido al cabo de unas horas en el barrio de Covadonga, negó su participación. Reconoció su dependencia a las drogas, pero, según aseguró, tenía dinero para sostener la adicción, una pensión no contributiva, que había cobrado un día antes del asalto, y ayuda económica de su familia. Aunque tiene antecedentes por otros robos violentos, enfatizó que ya saldó sus cuentas con la justicia.

La fiscal reclamó una pena de cinco años de cárcel al considerar que se trata de un robo con intimidación y uso de instrumento peligroso en un establecimiento abierto al público. Basó la prueba en contra del inculpado en la versión de la víctima, "que siempre ha sido la misma".

La letrada del acusado hizo hincapié en que la asociación de voz que hace la denunciante carece de validez. Máxime porque el tono ronco y carrasposo, aclaró, "é propio de persoas que viven en ambientes marxinais". A su entender, "Ourense é moi grande e, por desgracia, hai moita persoas drogodependientes".

En cuanto al reconocimiento en rueda, significó que era el único con tatuaje lo que pudo influir en la testigo. Recordó que lleva seis meses en prisión provisional "por algo que non fixo". En caso del que la jueza lo condene, pidió que se tenga en cuenta su drogadicción como eximente completa o atenuante . 

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