TESTIMONIO

Las víctimas de los asaltos violentos en el rural: "Si lo recuerdo, no duermo"

20170204140106294_result
photo_camera Manuel Cacheio fue agredido en su casa por ladrones en el año 2013.

Con el del sábado en Güin, en los últimos cinco años se han perpetrado 13 asaltos con violencia a casas de la provincia. Una de las víctimas ya ha fallecido, el resto siguen en la misma vivienda, luchando para atajar el miedo

El matrimonio de Allariz agredido por los encapuchados en enero continúa residiendo en su vivienda de San Mamede de Urros. Su familia les planteó que abandonaron la casa y se fueran a residir con ellos, pero no aceptaron la proposición. Eso sí, extremaron las precauciones y viven con el miedo en el cuerpo ante el temor de que regresen. También continúan en su domicilio las victimas de los otros dos casos registrados el año pasado en Vilamartín de Valdeorras y Cartelle.

Pero no son los únicos. Sumando el sufrido por tres hermanas el sábado en su casa de Güin, desde el año 2012 se han registrado en la provincia un total de 13 robos en viviendas en los que los ladrones, siempre encapuchados, actuaron con violencia golpeando fuertemente a las víctimas. Entre ellas está Manuel Cacheio, que continúa residiendo en su vivienda de A Seara, en Cartelle. El hombre residía solo cuando entraron los ladrones. Corría el año 2013. En la actualidad está con una persona a su cargo. El Concello le ordenó la vivienda y puso a su disposición una trabajadora que le cuida la casa, hace de comer y vigila si aparece cualquier persona extraña. "Está bien cuidado y no hay problema", apuntó el teniente de alcalde, Jaime Sousa. El octogenario recuerda el asalto y aún vive con miedo, porque entonces estaba solo y "creía que me mataban", explica.

También en 2013, los ladrones agredieron al párroco de Esgos, José Ramón Garrido Fernández, de 84 años, en la casa parroquial de O Pinto. El religioso continúa residiendo en el mismo lugar e incluso oficia misas a diario. "En el robo es mejor no pensar. Tengo un diario en el que apunto todo y un día estuve leyendo lo del robo. Aquella noche no dormí", asegura, puntualizando que mejor es no pensar en lo que pasó, "porque los ladrones seguro que no vuelven", apunta. El sacerdote está más arropado desde entonces por los suyos y extremó las precauciones en su domicilio para impedir la entrada de los ladrones.

A la lista de asaltos violentos  hay que sumarle el que sufrió Antonio Nóvoa, de 75 años, cuando dormía solo en su casa de San Pedro da Ribeira (Baños de Molgas); el de José Rodríguez, que habitaba solo en su domicilio de Baronzas (Xinzo).; el de una mujer de 74 años, en el municipio de Xunqueira de Espadañedo y el del matrimonio de A Peroxa, Manuel Vázquez Vázquez, de 70 años y, Josefa Vázquez González, de 68, en su casa de San Estevo. En todos los casos, los asaltantes los agredieron brutalmente, pero las víctimas continúan residiendo en sus hogares. Estos últimos robos se produjeron entre los años 2013 y el 2014 y, a día de hoy, las víctimas son recelosas y evitan hablar ante cualquier extraño que les pregunte por lo sucedido. 

Los encapuchados también entraron en la casa de Carmen Rivero Rodríguez (84 años), que residía sola en la pequeña localidad de Silvaescura (Trasmiras). La mujer sufrió cuatro robos y terminó ingresando en un geriátrico, en el que falleció. 

Te puede interesar