POLÍTICA LOCAL

La reforma electoral del PP les facilitaría tres alcaldías más

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photo_camera Papeletas en un colegio electoral de las pasadas municipales.

La propuesta dejaría en el aire o cambiaría gobiernos en 14 concellos, y el BNG sería el más perjudicado

Un total de 14 concellos de la provincia de Ourense sufriría alteraciones en sus gobiernos locales si se le diese luz verde a la de reforma electoral planteada por el PP en el Congreso de los Diputados esta misma semana. La propuesta de los populares tenía como principal objetivo favorecer a las fuerzas más votadas y evitar las coaliciones electorales, con la celebración de segundas vueltas.

Con la idea presentada, el PP recuperaría, según los resultados de 2015, cuatro alcaldías gobernadas en la actualidad en minoría o con pactos entre las fuerzas de izquierda –A Rúa, Baños de Molgas, Verín y Viana–, si bien perdería una, la de Piñor, que ahora gobierna en minoría y que iría a parar a manos del PSOE con mayoría absoluta. Además, los populares reforzarían su posición en Ramirás, donde ahora gobiernan con pactos puntuales, y que con la nueva ley les permitiría tener el poder sin dependencias.

Los socialistas, a su vez, ganarían músculo con esa ley, que les permitiría batirse en segunda ronda con el PP en Punxín, donde estos gobiernan en minoría actualmente; y conseguirían la absoluta en O Carballiño y Castro Caldelas, lo que les permitiría reforzar su actual poder.


Los más afectados


El más perjudicado por esta hipotética nueva ley electoral sería el BNG, que tendrían que abandonar los cetros de mando de Viana do Bolo, Baños de Molgas o A Rúa (en este caso durante el mandato tuvo alcaldía compartida con el PSOE), dejándoselo en los tres casos al PP, que se alzaría con mayoría. Y quedarían en el aire los bipartitos de Verín y Barbadás.

El objetivo inicial de la reforma planteada por los populares, que ha sido rechazada de forma tajante por la izquierda y las fuerzas nacionalistas, era que pudiese ser implantada ya en las próximas municipales de mayo de 2019. Con ella, la formación que obtuviera al menos un 35% de los votos con una ventaja de como mínimo cinco puntos porcentuales respecto al inmediato competidor tendría automáticamente la mayoría absoluta.

Además, la propuesta del PP planteaba que en caso de obtener entre el 30 y 35% de los sufragios y 10 puntos de margen sobre el segundo también lo conseguiría. En el resto de circunstancias, y siempre que no hubiese mayoría absoluta de forma convencional, las formaciones que hubiesen recibido el 15% de los apoyos o más podrían participar en una segunda vuelta electoral.

Con estos ingredientes, habría cambios drásticos en algunos municipios, algunos de ellos de gran calado. De hecho, de regir la reforma popular habría movimientos importantes en las villas.


Cambio en las villas


En Verín, donde rige el bipartito entre el PSOE y el BNG (que obtuvieron el 31% y 24,1% respectivamente), el PP podría conseguir la mayoría absoluta si repitiera el 38% de voto obtenido en el 2015.

Otro de los grandes concellos donde se revolucionaría el panorama es Barbadás. También aquí el bipartito PSOE-BNG tendría que sufrir para continuar en el poder. En este caso, ateniéndose a la reforma electoral de los populares, PP (34% de votos), PSOE (29,4%) y BNG (16%) tendrían que concurrir a una segunda vuelta –en la que no se permitirían alianzas–, quedando fuera de juego DO y Compromiso por Barbadás, al obtener menos del 15% de los sufragios.

En la misma línea iría Ribadavia. El gobierno socialista en minoría (34%) se batiría a solas en segunda vuelta con el PP (33,1%), quedando el resto de fuerzas fuera de la lucha por el poder. También habría segunda vuelta en Punxín –donde ahora gobierna el PP en solitario– y en la que competirían populares, socialistas e independientes.

Por último, se produciría una mayoría absoluta para los independientes de Agrelsan, en Sandiás, que con el 43% de los votos gobiernan ahora en minoría. 


En la ciudad, habría una segunda vuelta con hasta tres contendientes


La ciudad sería donde más se notaría la entrada en vigor de una ley como la propuesta por el PP. Es el paradigma de la ingobernabilidad, ya que en la actualidad el PP gobierna con 10 concejales frente a los 17 que suma la oposición –PSOE, DO y OUeC–. Los ciudadanos estarían abocados a elegir su nuevo alcalde en segunda vuelta. Con los resultados de 2015 en la mano, pasarían a esa ronda final tanto el PP (31% de los votos) como DO (25,5%) y PSOE  (19%), quedando descartado Ourense en Común, que con su 10,3% se quedaría lejos del límite del 15%. 

Así, se llegaría a un duelo final para escoger directamente al partido que debería gobernar y con la prohibición taxativa de pactos entre partidos, según recogía el texto legal planteado por el PP. 

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