Ourense tiene escasas posibilidades de recuperación demográfica, a lo sumo la posibilidad de que algunos emigrantes retornen a la provincia cuando la jubilación, en el mejor de los casos. Los datos a los que alude el Instituto Nacional de Estadística encajan como un guante en una realidad social que tenemos próxima. Vigo, sobre todo su cinturón industrial, ha captado en las últimas décadas muchos ourensanos que se fueron a esta ciudad a trabajar, pero algunos regresan al cerrar su ciclo laboral.
Así se desprende del intercambio entre Ourense y la ciudad olívica. La urbe más poblada del sur de Galicia recibió desde el 2008 más de 5.000 ourensanos, pero de Vigo han salido hacia esta provincia 4.000 personas. Aun así, el saldo es negativo en más de mil personas.
La circunstancia que explicaría la salida hacia Ourense puede deberse a que muchos que residen en Vigo mantienen vínculos con Ourense, incluso una propiedad inmobiliaria —sobre todo en el rural— a la que pueden acudir fines de semana, vacaciones o cuando se jubilen.
Este último factor parece ser el más determinante, siempre y cuando las obligaciones familiares no les retengan en los destinos a los que fueron cuando emigraron. Por lo tanto, Ourense seguirá siendo una provincia "exportadora" de capital humano. Como señala Patricio Sánchez, profesor del campus: "Seguirá habiendo efecto contagio si hay gente que encuentra trabajo fuera y no lo tiene aquí.
