Las prestaciones públicas para situaciones de emergencia oscilan entre los 400 y los 700 euros mensuales
La crisis económica ha provocado, entre otras cosas, que prestaciones como la de la Renta de Inserción Social de Galicia (Risga) o la Ayuda de Emergencia Social (AES), utilizadas en un principio en casos puntuales y cuyo número de usuarios no era excesivamente abundante, ha ido incrementándose con el paso de los ejercicios.
Según los datos suministrados por el sindicato UGT, con información aportada por la Consellería de Traballo e Seguridad Social, en 2013 había un total de 1.361 personas que percibían los algo más de 400 euros de la Risga en la provincia de Ourense -a nivel de toda la Comunidad autónoma se llegaba a los 9.300-, alcanzando el número de 524 los que percibían la Ayuda de Emergencia Social en Ourense a diciembre de 2013 -2.653 en Galicia-. Por otra parte, superan las ocho mil personas quienes perciben en Ourense el subsidio de desempleo y la renta activa de inserción -últimos peldaños de la cadena de prestaciones sociales antes de quedarse únicamente a expensas de las de emergencia.
Todas estas personas aguantan el tirón del mes con rentas de entre poco más de 400 y 700 euros, con las que deben afrontar, en muchos casos, el pago del alquiler del piso, luz, agua o comida. A este amplio grupo de personas -estamos hablando de alrededor de 10.000 que viven esta situación en la provincia de Ourense-, se unen muchas personas mayores cuya pensión no es contributiva y la cuantía media mensual se sitúa entre los 353 y los 388 euros -8.371 ourensanos se encuentran en este caso en la provincia-.
En esa misma situación de vivir en el filo de la navaja se encuentran muchos trabajadores que, con contrato a media jornada, cobran 600 euros. Pueden parecer números, pero son personas, cada una con su historia.
SONIA: “En el súper sólo compro los descuentos del 50%”
Sonia, de 35 años, está en paro desde 2010 y es responsable de una familia monoparental con tres hijos pequeños a su cargo, de 14 meses, y nueve y 14 años. Desde abril del año pasado cobra "486,36 euros de la Risga". Sonia, que quiere mantener el anonimato, cita los céntimos porque, en su lucha por la vida, hasta estos son importantes. "Pago 275 euros de alquiler, pero después queda el agua, la luz... y la comida".
Su día a día es una batalla contra los números. "En el supermercado sólo compro lo que está al 50 % de descuento porque está a punto de caducar, ya conozco algunos supermercados que tienen este tipo de descuentos". Una cesta de la compra que se complementa, en más de una ocasión, "con lo que me dan en Cruz Roja, de esos alimentos para personas necesitadas".
Esta joven reconoce que "hay meses que me he visto tan apurada que he tenido que acudir a Cruz Roja para que me paguen el recibo de la luz". También tiene que medir al milímetro su tiempo, porque Sonia no tira la toalla y sigue acudiendo a los cursos del Inem, "y entonces necesito que alguien me quede con mis hijos, sobre todo con la niña pequeña".
Su hijo mayor ya cursa segundo de la ESO "y se multiplican los gastos de material escolar", pero Sonia no pierde la esperanza y sigue confiando en que "podamos salir de ésta".
