INAUGURACIÓN

Respaldo empresarial, social y político a Abril

photo_camera Rogelio Martínez, Roberto Castro, Tomás Fernández Couto, Núñez Feijóo, José Manuel Pérez Canal, Agustín Fernández y Pedro Fernández recorren la fábrica con parte de la tercera generación de la familia Pérez Canal.

La empresa aceitera concitó a destacadas personalidades de toda Galicia 

Cada 8 de diciembre, mi amigo Fraguas nos convoca en su casa en íntimo homenaje a John Lennon. 74 años cumpliría hoy John. Ah, Fraguas tiene un amplio salón con todo lo que se ha escrito sobre el músico: carteles de conciertos de los años 70, extensas fotografías en blanco y negro, un puñado de gafas redondas de la seguridad social inglesa, el póster autentico de una actuación de los Beatles en los años 70, muchas grabaciones piratas, y su tesoro, un autógrafo con fecha del 1 de julio de 1965, cuando actuaron en Madrid.

La conversación derivó hacia su lado oscuro, su exmujer, Cinthia, escribió: “Trató muy bien a todo el mundo y, sin embargo, a veces hizo daño a los suyos”. Julian dijo a su madre: “Papá siempre está diciendo al mundo que se quieran unos a otros, pero ¿por qué no es capaz de amarme a mí?”.

Siempre fue un hombre atormentado. Aquel gélido 9 de octubre de 1940 en que nació, caían sin tregua las bombas de la implacable Luftwaffe sobre Liverpool. Su madre lo metió debajo de la cama. Cierto, el brutal sonido de las explosiones fue la primera nana que escuchó. Cinco mujeres cuidaron de él hasta los 5 años. Tuvo que decidir: irse con su madre o con su padre. Se fue con su padre, un marinero golfo. Su tutor en el colegio sentenció en su libro escolar: “Sin esperanza; un payaso”.

Pasaron los años. En la “Balada de John and Yoko” canta: “Tal como van las cosas/ acabarán crucificándome”. A su lado, siempre una camada de adivinos, tarotistas, hipnotizadores e incluso algún exorcista. “Una parte de mí dice que soy un pobre diablo, la otra que soy dios”.

Gloria planetaria. Madres con hijos enfermos lo agarraban del brazo: “Por piedad, señor, toque a mi hijo”. Lennon, asustado, respondía: “Señora, yo soy solo un canalla como todos los que triunfan”. Un periodista: “¿Qué edad tiene, señor Lennon?”. Sus ojos atravesaron las paredes: “Tengo mil años, incluidos todos los días festivos”.

Feliz solo fui “el día que hice pan con mis manos”

(“Cuan

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