La segunda edición del Pulpo Extreme dio ayer el pistoletazo de salida con el descenso urbano DHU. Los 37 participantes recorrieron la ciudad desde Carmelitas hasta As Burgas sobre sus bicicletas de descenso.
Velocidad, adrenalina, giros, saltos y trucos espectaculares rebasaron ayer la serena monotonía de la ciudad. Las calles del Casco Vello se convirtieron en el recorrido del Descenso Urbano- Mercedes Benz (DHU) de la segunda edición del Pulpo Extreme, con La Región y Telemiño como medios colaboradores, bajo la atenta mirada de cientos de espectadores que no perdieron detalles de las pruebas.
El acto de inauguración oficial contó con la participación del alcalde Ourense, Jesús Vázquez, y el presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco Bravo, entre otros. "El deporte está tomando un nuevo camino, el deporte urbano, el deporte con el corazón, el deporte que recorre las ciudades en actividades que hace años eran impensables", apuntó Alejandro Blanco en una demostración de unión entre el deporte extremo y el olimpismo.
Por la tarde, comenzaron los descensos oficiales con el sonido de los silbatos precediendo a la llegada de los riders y los vítores y aplausos para despedirlos. Los 37 participantes montados en sus bicicletas de descenso desplegaron su magia sobre rampas y estructuras de peraltes, obsequiando al público con todo su arsenal de piruetas bajo el atento sonido de las tablas de madera que conformaban los diferentes módulos.
El espectáculo comenzó en el mirador de Carmelitas poniendo a prueba la coordinación de los deportistas en su descenso por las escaleras hasta la plaza de los Suaves y finalizó con las vistas de As Burgas. Las escaleras de meta fueron el tramo más intrincado para muchos. "Es un intervalo muy largo de escaleras muy empinadas y justamente al final tienes que hacer un giro de 90º, bastante complicado si vienes muy fuerte, hay que saber controlar la velocidad, la bicicleta y las distancias", explicó el rider Hugo Souto.
El ambiente en la inclinada Praza Maior fue "espectacular", según valoró Javier Soto, otro de los participantes. En este punto, el público se agolpó para ver en primera persona los saltos al box de siete metros que, sumados a las ramplas, hacían un total de 13. La música no cesó en ningún momento y el subcampeón de Open de España 2016 y campeón de Open gallego, Óscar Martínez, no dudó en validar el trayecto: "El recorrido ha sido muy divertido". Entre el público que abarrotaba la praza Maior estaban Marta García y Carlos Alvárez que consideraron que "el gran salto ha estado muy bien regularizado", y destacaron la "maravillosa actuación de la seguridad y la organización".
Los entrenamientos de esta disciplina deportiva acostumbran a realizarse en el monte por lo que "tener la oportunidad de dar a conocer nuestro trabajo en un escenario urbano lo convierte en todo un espectáculo", explicaron los participantes Pablo Míguez y Diego Cerca, que ya venían de participar en O Marisquiño. Para Bárbara Iglesias, la única chica de la competición, este fue el primer año que compitió pero ya venía de participar en otros eventos como O Marisquiño o Sarria. Según Iglesias, "haciendo este deporte hay bastantes chicas, pero no se atreven a competir".
Los resultados de la prueba final otorgaron el tercer puesto a Toni Ferreiro del equipo Coruxo Mérida Bikes. El segundo clasificado fue el portugués José Borges. Y el primer puesto fue para Edgar Carballo González, ganador siete veces de O Marisquiño con un tiempo de 1:09 minutos. Mientras que en la modalidad féminas el primer puesto fue para Bárbara Iglesias. El premio a mejor truco fue para Alejandro Tabarez.
El festival de cultura urbana y deporte extremo se despidió “rodando” por todo lo alto hasta el próximo 27 de septiembre en las instalaciones de Oira donde estarán las modalidades de skate, roller, quad, BMX, scooter, graffiti y break dance.
